jueves, 27 de enero de 2011

Isabel Guerra, pintora de la luz, Biografía y entrevista

Isabel Guerra, la pintora de la luz
http://elartedelconocimiento.blogspot.com/2009/07/isabel-guerra-la-pintora-de-la-luz.html


UNA MIRADA AL INTERIOR DEL SER HUMANO

Mis lienzos buscan ser carta abierta a los hombres y mujeres de este tiempo, cuyas tumultuosas aguas forman imponente cascada que cae sobre el cauce estremecido del tercer milenio.
¡Ojalá pudieran ser carta dictada por el Sol que nace de lo alto! Una carta claramente iluminada por la Luz.
Isabel Guerra.

Expone cada tres o cuatro años. En el año 2000, el Ayuntamiento de Zaragoza patrocinó en la Lonja una exposición retrospectiva de toda su obra, con ocasión de las Fiestas del Pilar. Por allí desfilaron cientos, miles de personas. ¿Quién fue capaz de movilizar a tanta gente con un mensaje de belleza?




Quisimos conocer de cerca a esta pintora extraordinaria, y aprovechamos su estancia en Madrid, con motivo de su última exposición, en 2004, para charlar con ella. ¿Cómo es, qué piensa, cómo siente la sencilla mujer que tenemos delante?





Nombrada recientemente miembro de dos Reales Academias de Bellas Artes (1), es monja cisterciense, pero sobre todo –y eso es lo que nos convoca– es Pintora de la Luz...

–¿Cómo dirigirnos a usted? ¿Hermana? ¿Madre?

–Isabel. Yo me llamo Isabel.

¿A qué edad empezó a pintar?

Con dedicación exclusiva, a los 12 años. Antes emborronaba cuartillas y dibujaba las cosas que normalmente pinta un niño aficionado; de ahí que cuando por mi cumpleaños me regalaron una caja de óleos, tuve un impacto terrible. Aquello fue muy importante para mí y al día siguiente me puse con un afán loco a intentar pintar el hermosísimo paisaje que se ve desde los balcones de la casa donde nací, que es nada menos que la sierra madrileña... El mismo fondo que tenía Velázquez en su estudio, y donde ponía los retratos de los reyes. En ese lugar privilegiado pude iniciar mi profesión, y mi vocación.



–Hemos seguido de cerca su obra y a través de los catálogos comprobamos que esta obra se enriquece también con su palabra (2), ¿se complementan palabra y pintura a la hora de comunicar amores y emociones?

La pintura no nace para ser explicada, es una forma de expresión completa en sí misma, y también la palabra. Ambas pueden correr unidas y paralelas, pero no son complementarias. La pintura no debe tener explicaciones, de hecho los textos de los catálogos no son una explicación como tal de las pinturas, sino una forma más de expresarme. El arte llega inmediatamente, y si no llega, es que allí falla algo.

–¿Ha evolucionado Isabel Guerra en la presentación de sus últimos cuadros?

Sí, hay una evolución en cierta parte de esta exposición, una novedad para los que esperan habitualmente mis trabajos. Es algo que he hecho con mucho cariño y que me ha salido muy del corazón. Podía haber sido un riesgo porque tenía una línea muy marcada desde hace años, pero en general se alegran de mi nueva etapa, de que haya ideas nuevas; creo que eso es muy importante para un pintor. Pero no se debe plantear como una obligación, debe salir espontáneo, y en caso contrario no debe hacerse; cambiar por cambiar es falsear la propia obra.


–Los motivos concretos del encuadre, ¿surgen de su propia inspiración, o alguien se los sugiere?

No, nadie me sugiere nada. A un pintor, son la vida y su entorno los que deben sugerirle su obra, y sobre todo su emoción ante las cosas que le rodean y ante su propia intimidad. En mi caso sería mi relación con la Belleza –con mayúscula– que debe ser permanente, puesto que soy una mujer consagrada. Mi búsqueda es búsqueda de la Belleza, de la Luz, y búsqueda de la Bondad, la Verdad y la Hermosura, con mayúsculas, de donde emana toda belleza entre nosotros.

–¿Por qué se asoma tímido el exterior a las obras de Isabel Guerra?

Hay algunos cuadros que están en un paisaje abierto y otros que tienen una mezcla, que es un tanto irreal e imaginativa. No sé si es un asomarse tímido, o un no querer renunciar al aspecto de interioridad e intimidad que busco siempre. Ese aspecto de interioridad me interesa mucho, porque quisiera abrir camino a la gente, dar pistas de cómo encontrarse con uno mismo, con el propio yo; de lo que hoy en día muchos huyen, y no precisamente para su bien porque todo el que huye de sí mismo pierde la oportunidad de llegar a conseguir serenidad y coherencia, consigo y con los demás.

La aceptación de sí mismo la plasmo en esas miradas interiores que evocan una actitud reflexiva, incluso orante.


La imagen tranquila de las modelos parece sugerirnos un arquetipo femenino, ¿a dónde, o hacia quién dirigen su mirada esas adolescentes?

Estamos hablando de la mirada interior: nosotros estamos habitados por la Luz, por ese Alguien que es más íntimo a nosotros que nosotros mismos y que tenemos la posibilidad de poder descubrir y poder amar; vivir en permanente comunicación con Alguien –con mayúscula– que no solamente nos envuelve, sino que nos invade y está dentro de nosotros, que habita en nosotros.

–Nos impresionan esos primerísimos planos que reflejan una belleza interior, esas naturalezas muertas que no tienen nada de muertas, ¿quizá el tiempo acelerado que vivimos nos deja sed de sosiego y cercanías?

El hombre de hoy, lo sepa o no lo sepa, ¡claro que tiene sed y necesidad de paz, de serenidad, y de interiorización! La prueba es que son muchos los visitantes de la exposición que me comentan que esta pintura les da paz. Hay personas que lo agradecen de una forma mucho más efusiva, porque para ellos –según dicen– fue fundamental el impacto que sintieron al ver mis cuadros. Otros mantienen conmigo una relación permanente, me escriben y me comentan la evolución que han ido experimentando en su vida después de conocer mi obra.

Esto es lo más gratificante que le puede pasar a un pintor y es lo que verdaderamente da sentido a mi trabajo; y aunque no fuera más que por una persona, merecería la pena el esfuerzo de trabajar en lo que hago.

–Pasamos a algo mucho más concreto, ¿cuántas horas dedica al día en el sagrado oficio de pintar?

Nuestra vida y el horario monástico están muy organizados, pero cada día es nuevo y no siempre se hace lo mismo. Lo que ocurre es que yo suelo arañar muchos minutos al día, pues hay también tiempos libres que los dedico al trabajo. La pintura es muy exigente en cuanto a horarios y esfuerzo diario; la gente piensa que tiene que trabajarse cuando apetezca, o cuando se está inspirado, pero es todo lo contrario: la inspiración puede venir justo el día que menos apetece trabajar; a veces el día en que se está más cansado y uno cree que no va a hacer nada, es el día en el que más trabajo se resuelve y mejor queda. En esto hay que ser muy constante.

–¿Qué diferencia a un pintor de un artista? ¿Dónde está la línea que separa una simple pintura de una obra de arte?

Se puede hacer el cuadro perfecto y sin alma, igual que se puede tocar el piano magistralmente bien en cuanto a técnica, y no producir ninguna emoción en nadie; y al revés: se puede tener una técnica más deficiente pero tener una gran capacidad de transmitir sentimiento y emoción hasta llegar a arrancar lágrimas en los ojos de las personas que escuchan. Ésa sería la diferencia.

–Si entendemos el arte como expresión de la Belleza, ¿qué cree que piensa la gente de ese culto a lo feo que pone, por ejemplo, un ojo encima del otro?

A veces he escrito sobre ese culto a lo feo que vivimos hoy día. ¿Qué piensa la gente? Pues piensa de todo, somos muchísimos y en esto hay opiniones para todos los gustos, y además muy sorprendentes. Hay gente joven que aprecia la Belleza en sí misma considerada, pero es que no solamente está en las cosas bonitas, puede haberla en una escoba que tiene alma y esté bien iluminada. Lo bonito no es simplemente lo elegante.

–¿Diríamos que la Belleza está también en los ojos del que mira?

Un cuadro nunca está terminado cuando el pintor lo firma y lo deja en manos de alguien que lo cuelga en la pared de su casa, o en una galería de arte. El cuadro verdaderamente se completa con la mirada del espectador, y tendrá tantas lecturas y tantas formas de Belleza –o tantos desencuentros– como espectadores tenga. El cuadro siempre es algo que se termina entre dos: entre el pintor y quien contempla la obra, cuando percibe el mensaje. Ahí, en ese punto de encuentro, es donde se recrean verdaderamente Arte y Belleza.

El culto a lo feo está hoy en día muy arraigado en la sociedad, pero creo que no tanto en los posibles aficionados a la pintura cuanto en el bombardeo de los medios de comunicación que nos asedian con todo el horror que vivimos en el mundo. Pero creo que el Arte está llamado a dar pistas de esperanza.

Tenemos que abrirnos a esa posibilidad introduciendo en nuestro mundo imágenes con las que poder percibir que la Belleza es posible, y no sólo para el día de mañana, sino ¡para el hoy! Hemos de percibir que en esta vida no sólo está lo distorsionado y lo feo, sino que también hay muchísima belleza en torno nuestro, y que las cosas cotidianas que nos rodean también nos están hablando de armonía y de paz.

Podemos crearnos un entorno de serenidad, de amabilidad, o podemos crearnos un entorno brusco, desasosegado; pero eso depende de nosotros. Cuanto más introducimos nuestro desaliento ante lo que ocurre, ponemos más desaliento y fealdad en el mundo. Es un problema con el que nos despertamos cada día y es importante no desanimarnos nunca. Es cierto que es muy difícil; hay que reconocer que el hombre de hoy lo tiene difícil.

–Si imaginamos al genio del artista como una llama que va pasando a través de las épocas, para despertar en determinados corazones humanos, ¿de quién se sentiría íntimamente heredera en el arte de pintar?

Absolutamente de todos. Me siento heredera de todo el que haya hecho una obra importante y disfruto con todo lo bueno que se ha hecho en la Historia del Arte. No me siento seguidora de ninguna corriente en especial, intento siempre crear mi propio mundo, por modesto que sea; y con la suma de todos esos enormes valores, crear mi propia forma de hacer, de ver y de decir. Lo único que puede ocurrir es que por temporadas esté estudiando más a un pintor que a otro, pero –siempre pongo el mismo ejemplo– es como cuando se va a oír música y, según qué momentos, apetece oír Mozart, Beethoven, o Albéniz.

–Se ha dicho que un arte sin mensaje es como un sobre vacío de carta, ¿no hay demasiados sobres vacíos hoy en día?

A veces los pintores pueden correr el riesgo de trabajar en este oficio maravilloso de la pintura como en una profesión cualquiera, y hacer una serie de trabajos para cubrir su modo de vida, pero yo me atrevería a decir que esos pintores no son artistas. Si son artistas van a llenar ese sobre.

–Siendo académica en dos Escuelas de Bellas Artes, ¿tiene Isabel Guerra discípulos a los que transmitir su arte?

No, mi camino no es la docencia, nunca he tenido esa inclinación. Además una cosa son las Escuelas de Bellas Artes y otra son las Reales Academias de Bellas Artes, que son organismos que no tienen alumnos, no son docentes. La verdad es que muchas personas me comentan esto, pero está claro que mi camino no va por ahí.

–Volviendo a sus cuadros: al venderse solamente originales, ¿no es una pena que tan pocas personas participen de esa comunión permanente con la Belleza, encontrada en sus obras?

Una de las razones por las que se expone es también para que la gente pueda disfrutar, o no, simplemente ver el trabajo que se realiza. No se hace exclusivamente con el fin de vender cuadros, sino para dar a conocer una obra.

–¿No ha pensado editar sus trabajos en láminas o tarjetas que puedan difundirse con amplitud, a precios asequibles?

En las exposiciones siempre hay un catálogo donde aparece toda la obra. Existe también un libro que es recopilación de la obra anterior (3), y es posible que en el futuro puedan aparecer más publicaciones, esa puerta nunca está cerrada; también puede ser que en algún momento se hagan reproducciones de alguna obra en concreto, por alguna razón.

De todas formas, no hay nada como la pintura vista en directo. Las reproducciones son siempre un sucedáneo, a veces muy lamentable y lo importante no es comprar un libro del Museo del Prado, sino visitarlo. Lo importante no es tener el catálogo de una exposición determinada, sino visitar esa exposición e intentar que se produzca esa magia que comentábamos antes.

–Cada cuadro tiene su propia historia. Entre los de su última exposición, ¿hay alguno que sea su preferido?

Cada cuadro tiene su vida, y en cada uno pongo todo el interés y todo el corazón; es más, cuando lo termino casi siempre compruebo que no tiene nada que ver con lo que quería y lo escondería por cualquier lado... La verdad es que todos son muy queridos, es como si a una madre le preguntaran a qué hijo quiere más. He puesto mucha ilusión en estos últimos cuadros, en los que se aprecia una evolución clara, aunque forman parte de la continuidad de una obra.

–Si los cuadros son como hijos, ¿le duele desprenderse de ellos?

No, todo lo contrario, incluso para trabajar, prefiero tener las paredes del estudio limpias. Además, yo pinto para los demás, se trata de dar un mensaje, es como una carta abierta a los demás y me parece muy triste que el cuadro que se ha hecho con esa finalidad esté encerrado en un cuarto o en un almacén de la casa. Eso no es mi forma de sentir el tema; ya sé que hay muchos pintores que reconocen sentir pena al desprenderse de los cuadros, lo encuentro muy respetable pero no lo puedo compartir.

–Acostumbrada, como imagino que está, al silencio del monasterio (4), ¿cómo se siente, después de un mes en contacto directo con el público?

Llevo tantos años ya en estos contrastes, que se me hace de alguna manera familiar y forma parte de mi trabajo y de mi forma de vida. Cualquier artista se sentiría muy a gusto en el ambiente en que tengo el privilegio de vivir y trabajar, entre tanta paz y serenidad. Pero no hay problema, en cada exposición sé a lo que vengo, no es una sorpresa el lío de vida que es Madrid. Conozco esta ciudad, tan incómoda y agitada, pero a la que quiero muchísimo porque es el lugar donde nací y eso hace que me sienta muy a gusto y muy feliz aquí.

–Gran número de lectores de Esfinge admiran profundamente su obra, ¿cómo establecer un vínculo con todos ellos, un vínculo que permanezca? De corazón a corazón...

Yo les animaría a que fueran buscadores de esa paz de la que venimos hablando tanto rato, y que no pensaran que en el mundo sólo puede haber sitio para la melancolía y la tristeza, o que pensaran que las cosas bellas ya pasaron y sólo cabe la distorsión, el terrorismo, o la angustia... ¡No!

Les diría que estar en armonía con nuestro entorno merece la pena porque podemos ser mucho más felices. Pero sobre todo les diría que trataran de mirar hacia dentro para encontrarse con la Luz que nos habita.

Tras la contemplación de sus cuadros, y a poco de haber puesto de puntillas al alma, confirmamos que en Isabel Guerra se respira el olor del eterno saludo de la Vida. En silenciosa complicidad, brindamos por ese encuentro con la Luz que restablece para siempre la esperanza.

LOS MODELOS

–¿Haría falta poseer una cierta mirada interior para posar en sus cuadros?

Hacemos pruebas, pero no todo el mundo sirve para estos temas, ése es el problema; no cualquier persona tiene actitudes. Se puede ser una persona excepcional y sin embargo no dar una imagen que nos hable de interiorización; una cosa es la imagen que nos sirve para dar el mensaje y otra es la realidad de las personas.

–Últimamente no ha pintado niños, como otras veces.

No, ahora mismo me interesa mucho más la fibra interior, más adulta. Es algo que con lo que también se pueden decir más cosas.

–¿Por qué sólo figuras femeninas?

Me lo preguntan a menudo, pero es una realidad que todo el mundo prefiere la figura femenina en relación con la Belleza. A la hora de pintar, yo me muevo igual con la figura masculina, lo que ocurre es que pretendo que llegue a la mayoría de la gente, y lo femenino llega mucho más.

LA FIRMA

Mi firma es muy pequeña en los cuadros, pero es muy grande cuando firmo en los catálogos. En los cuadros en realidad sobraría; de hecho, cuando vamos a un museo y nos encontramos con un Greco, no necesitamos leer la firma, ¡lo vemos!, ¡es un Greco! La firma debe ser el halo, el todo del cuadro, lo que cada uno percibe inmediatamente en él. Pero hoy día la pide todo el mundo. Hay que ponerla, pero a mí me estorba, por eso procuro que no distraiga... Antes se me olvidaba siempre, pero ahora soy muy buena chica y la pongo en todos los cuadros.

(1) Isabel Guerra es Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis y Académica Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo.

(2) Revista ESFINGE nº 36, Junio 2003, Isabel Guerra, la belleza de la luz. Mª Teresa Cubas.

(3) Isabel Guerra, Pintora A.M. Campoy. Ediciones Galería Sokoa. Madrid, 1992.

(4) Monasterio Cisterciense de Santa Lucía. Zaragoza.

María Teresa Cubas

ENTREVISTA


La pintora Isabel Guerra, cisterciense, cuenta su vocación

En una magnífica entrevista de Elena Pita, la pintora Isabel Guerra, monja cisterciense, ampliamente conocida en el mundo artístico español, cuenta su vocación pictórica y religiosa para el Semanal de El Mundo, 7-XI-2004.

Transcribo algunas de las preguntas que se refieren específicamente al descubrimiento de su vocación religiosa. La pintora cuenta que fue una artista precoz y que experimentó su vocación artística siendo muy joven.


Belleza: fuerza de la brisa suave

Texto de Isabel Guerra, escrito para la Galería Sokoa, de Madrid

La belleza ha tomado una tienda como la nuestra, para que en la propia morada, acertemos a albergar su mismo resplandor.

Ella no se acerca a nosotros para abatirnos en el lodo de nuestras deformaciones y carencias, de nuestras oscuridades y regresiones. Viene a elevarnos de nuestra pobre condición, haciendo de nosotros su resplandor creciente.

No pretende denunciar la falta de luz de armonía usando la violencia. Busca recrear en nosotros la fraternidad con su mansedumbre.

No quiebra nuestra caña, herida por la debilidad de nuestras vacilaciones e inconstancias. Busca afirmarla con la energía que emana de su entrega hasta el extremo, hasta lograr que la''tierra abra su seno opresor, dando a luz definitiva a los que en ella yacen, cautivos de su tiranía.

Derrama, sí, su luz sobre nosotros, para que nuestras manos sean prolongación de su misericordia; nuestra voz, eco de su alegría infinita; nuestros pies, hacedores de caminos de libertad y de justicia; nuestra mente, creadora de un espacio más grato por donde recorrer el camino a la luz increada, donde habita su Verdad inmutable; nuestro corazón, el hogar del amor y la esperanza.

Porque somos llamados a la vida.

Sabemos que el poder de esa llamada vence cada día la degradación de nuestra humanidad. Sabemos que una tienda como la nuestra, será transformada en una morada permanente en el seno de la Luz. Saldemos que las fuerzas del mal y del abismo no pueden contra la fuerza de atracción de la gloria que un día se nos descubrirá.

Vivamos el amor solidario que deja pasar, por nuestras manos tendidas, el pan inagotable de sus bienes; que se empeña en transformar, con la ancha sonrisa de la confianza, el ceño de la desesperanza; que quiere vivir con decisión, y en plenitud, el camino propuesto como peregrinaje gozoso, que ofrece el aliciente de la superación, del encuentro de nuevos paisajes -no sospechados- que anuncian la eterna novedad a que conducen.



¡Aleluya! Está entre nosotros. Es la luz que llena la esperanza. Es la luz que ensancha en nosotros el deseo de la Vida. Es la luz que abre el corazón. Es la luz de la paz que desarma la violencia. Es la luz de la alegría que disipa las algarabías huecas y las pesadas tristezas. Es la luz que asume el dolor de todos para transformarlo en fuerza salvadora.

¡Alerta, está entre nosotros!

¿No lo notáis? Acerquémonos a la Belleza. Dejémonos iluminar por ella para irradiarla en torno nuestro, y podremos alcanzar la posesión de su infinita Verdad.

¡Alerta! Percibamos esa presencia. Está en nuestro entorno más cotidiano. En la brisa suave que nos envuelve y conforta. Sigamos la estela de su paso ante nosotros caminando tras ella por sus huellas. Cuando quiera, nos volverá su rostro; y descubriremos en él el profundo secreto de nuestra existencia.

jueves, 20 de enero de 2011

Mercedes de Acosta, la amante de las famosas

Mercedes de Acosta
Nacimiento
1 de marzo de 1893
, New York, Estados Unidos
Fallecimiento
9 de mayo de 1968 75 años
, New York, Estados Unidos
Nacionalidad
estadounidense
Ocupación
Poetisa, Diseñadora
Cónyuge
Abram Poole (1920-1935)
Mercedes de Acosta (Nueva York; 1 de marzo de 1893 - ibidem; 9 de mayo de 1968); poetisa hispano-estadounidense, que además escribió obras de teatro y diseñó ropa. Se la conoce por sus relaciones románticas con Greta Garbo, Marlene Dietrich, Alla Nazimova, Eva Le Gallienne, Isadora Duncan, Katharine Cornell, Maude Adams, Ona Munson ("Belle Watling" en la película Lo que el viento se llevó), Adele Astaire, y otras.
No todo el mundo aprobaba su reputación. Alice B. Toklas (otra lesbiana conocida) escribió a Anita Loos:
"...no puedes deshacerte de Mercedes tan tranquilamente -ha tenido a dos de las mujeres más importantes de EE.UU: Greta Garbo y Marlene Dietrich."[1]
Cuatro de sus obras de teatro fueron producidas, y una novela y tres volúmenes de poesía fueron publicados.
Contenido

• 1 Primeros años
• 2 Vida privada
• 3 Relación con Greta Garbo
• 4 Viajes a la India
• 5 Vida posterior y autobiografía controvertida
• 6 Véase también
• 7 Referencias
Primeros años
Su padre era el cubano Ricardo de Acosta, y su madre la española Micaela Hernández de Alba y de Alba, descendiente de los Duques de Alba. Mercedes nació en Nueva York en 1893. Tuvo varios hermanos: Aida, Ricardo Jr, Angela, María y Rita. Esta última se convertiría en una modelo famosa, de nombre artístico Rita Lydig.
Mercedes de Acosta se casó con Abram Poole (1882–1961), un pintor de renombre, en 1920. Se divorciaron en 1935. Tanto él como ella eran homosexuales.
Vida privada
Pese a su talento en el terreno profesional, sin duda ha sido su vida privada la que hizo a Mercedes famosa en los corrillos de Hollywood. Mantuvo diversas relaciones lésbicas con la élite de Hollywood, y aunque el lesbianismo y la bisexualidad en los primeros años de Hollywood eran comunes, ella fue una de las pocas personas que no intentó ocultar su sexualidad.
En 1916 tuvo una aventura con la actriz Alla Nazimova, y poco después otra con la joven y también actriz Tallulah Bankhead. Más tarde tuvo de nuevo otra con la bailarina Isadora Duncan. Al poco de casarse con Abram Poole en 1920, de Acosta se implicó en una turbulenta relación que duró cinco años con la actriz Eva Le Gallienne. Las dos mujeres viajaban y se iban de vacaciones juntas con mucha frecuencia, a veces visitando a la famosa escritora Natalie Barney en Europa.[2] De Acosta escribió dos obras de teatro para Eva en aquella época, Sandro Botticelli y Jehanne de Arc. Ninguna de las dos tuvo demasiado éxito, y la combinación del fracaso financiero de las obras y del carácter posesivo y celoso de Mercedes hicieron que la aventura llegara a su fin.[3] [2]
Durante la siguiente década Mercedes llegó a tener una multitud de compañeras, de las cuales la mayoría eran jóvenes promesas o viejas glorias, incluyendo a la supuesta prometida de Rudolph Valentino, Pola Negri, la escritora Edith Wharton, la escritora y actriz de teatro Katharine Cornell, Dorothy ("Dickie") Fellowes-Gordon, y la escritora Amy Lowell.
De Acosta tuvo una relación con la bailarina casada rusa Tamara Platonovna Karsavina a lo largo de su vida, tras conocerse ambas por primera vez en 1920. Las dos fueron tanto amigas como amantes, y Karsavina fue una de las pocas personas que continuó siendo amiga de Mercedes tras la publicación de la polémica autobiografía de de Acosta, en la que se exponían al público muchas de las relaciones que mantuvo.
Relación con Greta Garbo


Greta Garbo en 1924.
En 1931, conoció y rápidamente tuvo una aventura con Greta Garbo. La amante por entonces de Acosta, la escritora Salka Viertel, fue quien las presentó. La relación de Mercedes con Garbo se ha descrito en muchas ocasiones como "el amor de su vida".
Es dudoso que Garbo compartiera esos sentimientos. Garbo siempre controló la relación, y las dos se fueron de vacaciones durante períodos prolongados y luego estuvieron sin verse también durante bastante tiempo sin que Garbo admitiese conocer a de Acosta. Todo se hacía según la voluntad de Garbo. En 1944 Garbo terminó la intermitente relación que mantenían. Insistió en que de Acosta dejara de mandarle sus poemas y cartas de amor. El último poema de amor conocido de Mercedes dirigido a Garbo es de ese año. Por lo que se sabe, de Acosta continuó enamorada de Garbo hasta el fin de sus días.
Viajes a la India
En la década de 1930 Mercedes se interesó por la espiritualidad oriental gracias a una de sus conocidas, la princesa Norina Matchabelli. Norina era seguidora del místico indio Meher Baba. Durante muchos años De Acosta estuvo cautivada por Meher Baba y pasaba tiempo en su compañía cuando el indio visitaba Hollywood. De hecho, Meher Baba mencionó el afecto de Acosta por Greta Garbo, diciendo que habían estado casadas en una vida previa (de Garbo, Meher Baba dijo que era la actriz más espiritual de Hollywood en esa era). De Acosta también fue a la India para encontrarse con Meher Baba. Sin embargo, con los años fue perdiendo interés por Meher Baba, hasta que en la década de 1950 lo vio por última vez.[4] De acuerdo con sus memorias publicadas, Here Lies the Heart (Aquí yace el corazón), Mercedes también tuvo un encuentro con Ramana Maharishi, que la dejó más impresionada que Meher Baba.
Vida posterior y autobiografía controvertida
Sus memorias, Here Lies the Heart,[5] fueron publicadas en 1960, ya que Mercedes estaba gravemente enferma con un tumor cerebral y necesitaba dinero.
Sus revelaciones, aunque relativamente asépticas y apoyadas por los hechos, tuvieron como consecuencia la pérdida de numerosas amistades de mujeres famosas que preferían que su sexualidad permaneciese en secreto, incluyendo la de Garbo. En particular, Eva Le Gallienne estaba furiosa y destruyó todo lo que pudiera recordarle a Acosta. Muchos la denunciaron como mentirosa, afirmando que inventaba esas historias para conseguir fama. Es poco probable, ya que la mayoría de los amoríos han sido confirmados a través de la correspondencia privada y muchos eran conocidos en los mentideros de Hollywood, pero se mantenían lejos de los periódicos para no perjudicar las carreras de las actrices.
Se vio separada de muchos de sus amigos y en dificultades financieras crecientes. De Acosta murió a los 75 años relativamente pobre y olvidada.
Está enterrada con su madre y hermana, Rita Lydig[6] en el cementerio de Trinity en Washington Heights, en la ciudad de Nueva York.
Véase también
• El círculo de costura
Referencias
1. ↑ That Furious Lesbian: The Story of Mercedes de Acosta. Southern Illinois University Press. 2004. ISBN 0-8093-2579-9.
2. ↑ a b glbtq >> arts >> Le Gallienne, Eva
3. ↑ Maude Adams Photos Page 2
4. ↑ http://www.theawakenermagazine.org/avol18/av18n01/av18n01p15.htm, http://www.lordmeher.org/index.jsp?pageBase=page.jsp&nextPage=1940
5. ↑ Here Lies the Heart. 1960. ISBN 0-405-07360-7.
6. ↑ «Rita de Acosta».

Arte mudo y sonoro by La dama misteriosa, Greta Garbo

GRETA GARBO
(1905-1990)
Una leyenda del séptimo arte y una de las primeras superestrellas del cine de Hollywood. Greta Garbo (Estocolmo, Suecia, 18 de septiembre de 1905 - Nueva York, EE.UU. 15 de abril de 1990)
Greta Lovisa Gustafsson nació el 18 de septiembre de 1905 en la capital de Suecia, Estocolmo. Era la hija menor de Karl Alfred Gustafsson, un modesto trabajador de limpieza proveniente del mundo de la agricultura, y Anna Lovisa Karlson, una campesina recién llegada a Estocolmo que trabajaba como empleada de hogar.
La familia Gustaffsson residía en un barrio humilde llamado Sodermalm. En su época adolescente se produjo el fallecimiento de su padre, lo que acrecentó la precariedad de sus condiciones económicas.
Esto llevó a Greta al abandono de sus estudios y a un trabajo en una barbería.
Poco después, pudo mejorar de empleo y se colocó en unos importantes grandes almacenes, en donde fue utilizada como modelo comercial en los anuncios de sus productos. Ese fue el impulso de la carrera como actriz de Greta Garbo.
Ante la ilusión desbordante de aparecer en esos cortos publicitarios, Greta se preparó y se matriculó en la Real Academia Dramática de Estocolmo para aprender interpretación.
Allí conoció a Frans Enwall, un profesor de la academia que recomendó a la actriz sueca al director Eric Petscher, con quien debutó en el cine con la película "Pedro el tramposo" (1921).
Tras unos comienzos en breves papeles, Greta alcanzó el estrellato gracias a uno de los personajes más importantes de su vida, el director Mauritz Stiller, quien le cambió el apellido y le aconsejó refinar su estética.

"La expiación de Gösta Berling" (1924) de Stiller, y "La calle sin alegría" (1925) de G. W. Pabst, hicieron de Greta Garbo un rostro conocido en todo el mundo.
Cuando la Metro Goldwyn Mayer tentó a Mauritz Stiller, éste les pidió que también firmaran a su descubrimiento. Así lo hicieron y el debut americano de la actriz sueca se produjo con la película "El Torrente" (1925) de Monta Bell.
A este film siguieron otros como "La tentadora" (1926) de Fred Niblo, "El demonio y la carne" (1927) de Clarence Brown, "Ana Karenina" (1927) de Edmund Goulding, "La mujer divina" (1928) -de ahí le viene el apodo- , dirigida por otro de los grandes nombres del cine sueco, Victor Sjostrom; "La mujer ligera" (1928) de Clarence Brown, "La dama misteriosa" (1928) de Fred Niblo, o "El beso" (1929), un título con dirección de Jacques Feyder.
Clarence Brown se convirtió en su director más usual y William Daniels su director de fotografía favorito. Sólo cabe decir que casi todas las películas de Garbo fueron fotografiadas por Daniels.
Durante este triunfal período sucedieron varios hechos importantes para Greta. Su mentor y protector, Mauritz Stiller, fracasó en Hollywood debido a su no domesticación ante los jerifaltes de la Metro, y tras dirigir varias películas de menor entidad regresó a su país para morir en 1928 a los 45 años de edad.
En "El demonio y la carne", Greta conoció a John Gilbert, quien se convirtió en su pareja durante largo tiempo en una fría relación debida a las tendencias bisexuales (con mayor predilección por las féminas) de la diva sueca.
La llegada del cine sonoro publicitada por el estudio con la frase "¡Garbo habla!" no perjudicó en absoluto el glamour y status estelar de Greta, y su exitoso debut en las películas habladas con "Anna Christie" (1930) fue el más claro ejemplo.
De nuevo bajo dirección de Brown, supuso su absoluta consagración como actriz, pues fue nominada al Oscar, lo mismo que por su actuación en su siguiente película, "Romance" (1930), también de Clarence Brown.


El cine sonoro sí que había sido una criba para su amante, John Gilbert, quien debido a su voz poco acorde con su imagen de galán no pudo triunfar como en su pretérito período de esplendor y se retiró del cine en 1934. Murió dos años después.
La vida amorosa de Garbo se volcó en el aspecto femenino, con compañeras como Bárbara Kent, Marie Dressler, Paulette Duval y, sobre todo, Mercedes de Acosta.
Tras "Inspiración" (1931), "Susan Lenox" (1931), en donde coincidió con un joven Clark Gable, Greta rodó algunas de las mejores películas de su carrera: "Mata-Hari" (1932) de George Fitzmaurice, "Gran Hotel" (1932) de Edmund Goulding, "La Reina Cristina de Suecia" (1933) de Rouben Mamoulian, la nueva adaptación de "Ana Karenina" (1935) de Clarence Brown, "Margarita Gautier" (1937) de George Cukor, "María Walewska" (1937) dirigida por el habitual Brown, y "Ninotchka" (1939) de Ernst Lubitsch, que fue presentada como "¡Garbo ríe!".
En 1937 fue nominada de nuevo al Oscar por su actuación en "Margarita Gautier" y en 1939 por "Ninotchcka", otorgándole finalmente la academia un Oscar de honor en 1954.
La última película en la carrera de Greta Garbo fue "La mujer de las dos caras" (1941) de George Cukor.
Tras este trabajo, la actriz sueca tomó la decisión de retirarse definitivamente del cine y de la vida pública, viviendo semirecluída en su casa de Nueva York, ciudad en la que murió a los 84 años el 15 de abril de 1990.
Películas Criticadas
Gran Hotel (1932)
La Reina Cristina de Suecia (1933)
Ana Karenina (1935)
Margarita Gautier (1937)
Ninotchka (1939)
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martes, 18 de enero de 2011

Ensayos fotográficos con distorsiones por André Kertesz

André Kertész
André Kertész

Kertész en Nueva York en 1982
Nombre de nacimiento
Andor Kertész
Nacimiento
2 de julio de 1894
Budapest (Hungría)
Fallecimiento
28 de septiembre de 1985
Nueva York (Estados Unidos)
Nacionalidad
Húngaro
Área
Fotografía
André Kertész (Budapest, Hungría, 2 de julio de 1894 - Nueva York, Estados Unidos, 28 de septiembre de 1985) fue un fotógrafo húngaro. Es conocido por sus contribuciones a la composición fotográfica y por sus esfuerzos para establecer y desarrollar el ensayo fotográfico. Durante los primeros años de su carrera, sus trabajos no fueron apreciados debido a sus ángulos poco ortodoxos y a su deseo de conservar un estilo fotográfico personal. Incluso al final de su vida Kertész consideró que no había obtenido el reconocimiento que merecía. Actualmente, es considerado una de las figuras más influyentes del periodismo fotográfico.[1] [2]
A pesar de que su familia deseaba que trabajara como corredor de bolsa, Kertész se convirtió en un fotógrafo autodidacta y sus primeros trabajos fueron publicados principalmente en revistas, una tendencia que se mantuvo durante la mayoría de su carrera. Kertész sirvió brevemente en la Primera Guerra Mundial. En 1925 se mudó a París en contra de los deseos de su familia, en donde formó parte del creciente grupo de artistas inmigrantes y del movimiento dadaísta. Además, allí su trabajo fue exitoso crítica y comercialmente. Sin embargo, la amenaza inminente de la Segunda Guerra Mundial lo obligó a emigrar a los Estados Unidos, donde tuvo una vida más difícil y tuvo que reconstruir su reputación a través de comisiones. También tuvo altercados con varios editores, ya que no creía que ellos reconocieran su trabajo. Durante los años 1940 y los años 1950, Kertész dejó de trabajar para revistas y ganó éxito internacional. A pesar de los numerosos premios que obtuvo durante los años, Kertész consideraba que el público y la crítica no valoraban sus obras, un sentimiento que perduró hasta su muerte. Su carrera se divide generalmente en cuatro periodos llamados el periodo húngaro, el periodo francés, el periodo estadounidense y el periodo internacional.
Contenido

• 1 Primeros años
• 2 Periodo húngaro
• 3 Periodo francés
• 4 Periodo estadounidense
• 5 Últimos años y muerte
• 6 Legado
• 7 Trabajos selectos
o 7.1 Bibliografía
o 7.2 Exhibiciones
• 8 Referencias
• 9 Enlaces externos
Primeros años
Andor Kertész nació el 2 de julio de 1894 en Budapest, hijo de la familia judía de Lipót Kertész, un vendedor de libros, y Ernesztin Hoffmann.[3] Andor, a quien sus amigos llamaban "Bandi", fue el segundo de tres hijos. Cuando su padre murió de tuberculosis en 1908, Ernesztin quedó sin una fuente de ingreso para cuidar de sus hijos Andor, Imre y Jenő. Afortunadamente, su hermano Lipót Hoffmann ayudó a la familia y fue como un padre para los niños. Los Kertész se mudaron a la casa campestre de Lipót en Szigetbecse. Allí Kertész tuvo una vida relajada, rodeado de paisajes pastorales que más tarde influenciarían su carrera.[1] [2] [4] [5]
Lipót pagó por los estudios de Kertész en la Academia de Comercio hasta su graduación en 1912. Posteriormente, se aseguró de que fuera contratado como corredor de bolsa.[5] A diferencia de su hermano Imre, quien trabajó en la bolsa de valores hasta su muerte en 1957, Kertész no tuvo ningún interés por esta carrera. En cambio, se sentía atraído por la idea de ilustrar revistas y por actividades como la pesca y la natación. Las fotografías que observaba en revistas lo llevaron a soñar con ser un fotógrafo. También fue influenciado por varias pinturas de Tihanyi Lajos y Gyula Zilzer y por la poesía.[1] [2] [4] [6]
Periodo húngaro
En 1912, cuando tuvo suficiente dinero, Kertész compró su primera cámara (una cámara rectangular ICA),[5] [6] a pesar de las protestas de su familia para que continuara su carrera en los negocios. Durante su tiempo libre, Kertész empezó a tomar fotografías a los campesinos locales, a los gitanos y a los paisajes de la Gran Llanura Húngara. Se cree que su primera fotografía fue "Niño durmiendo, Budapest, 1912",[4] aunque sus trabajos no se empezaron a publicar hasta después de 1917, cuando era un miembro de ejército austrohúngaro en la Primera Guerra Mundial. Sus fotografías fueron publicadas por primera vez en la revista Érdekes Újság.[5] Kertész aprendió por sí mismo como usar una cámara. Para 1914 su estilo distintivo y maduro era evidente (por ejemplo, "Eugene, 1914").[1] [2] [3] [4] [6]
En 1914, a los 20 años, fue enviado al frente de batalla, donde tomó fotografías de la vida en las trincheras con una cámara ligera (una Tenax de Goerz).[5] Desafortunadamente, la mayoría de estas fotografías fueron destruidas durante la revolución húngara de 1919. En 1915, fue herido por una bala y su brazo derecho quedó paralizado temporalmente.
Kertész fue enviado a un hospital militar en Budapest, pero más tarde fue transferido a Esztergom, donde continuó tomando fotos, incluyendo un autorretrato con el que participó en una competencia de la revista Borsszem Jankó.[5] [6] La obra más conocida de éste periodo es "Nadador bajo el agua, Esztergom, 1917", la única fotografía que sobrevive de una serie que muestra nadadores cuya imagen es distorsionada por el agua. Está serie provocó que Kertész se interesara en distorsiones, lo que lo llevó a realizar una serie llamada "Distorsiones" a principios de los años 1930.[1] [2] [4] [5] [6]
Kertész permaneció fuera del campo de batalla durante el resto de la guerra. Luego de esto, regresó a trabajar en la bolsa de valores.[5] Allí conoció a su futura esposa, Erzsebet Salomon (quien más tarde cambiaría su nombre por Elizabeth Saly). Durante este periodo y durante el resto de su carrera, Elizabeth sería modelo para muchas de sus fotografías.
Kertész continuó dedicando su tiempo libre a la fotografía y tomó numerosas fotografías usando a su hermano Jenő como modelo. Aun así, no estaba satisfecho con su trabajo en la bolsa de valores, por lo que a principios de los años 1920 abandonó su carrera para dedicarse a la agricultura y la apicultura. Sin embargo, esta aventura fue de corta duración debido al desorden político y al comunismo en la zona rural húngara.
Luego de regresar a su trabajo como corredor de bolsa, Kertész decidió abandonar Hungría, principalmente para escapar de su estilo de vida, pero también para unirse a una de las escuelas fotográficas de Francia. Sin embargo, su madre lo persuadió para que no se marchara. Su sueño de salir de Hungría no se realizaría hasta varios años después. Mientras tanto, siguió trabajando en la bolsa y dedicándose a la fotografía en su tiempo libre.
En 1923, la Asociación de Fotógrafos Aficionados de Hungría le ofreció una medalla de plata por una de sus fotografías, pero con la condición de que ésta debería ser impresa usando el proceso de bromoleotipia. Kertész se rehusó a utilizar este proceso y rechazó la medalla, aceptando sólo un diploma de la asociación.[5]
Sin embargo, Kertész fue recompensado cuando una de sus fotografías apareció en la portada de la revista Érdekes Újság en el número del 26 de junio de 1925. La revista ya había usado una de sus fotografías en el número del 25 de marzo de 1917, pero esta fue la primera vez que una foto de Kertész apareció en una portada. Para ese entonces, ya había decido que se mudaría a París y así poder usar elementos artísticos de la ciudad.
Periodo francés
Kertész emigró a París en septiembre de 1925 en contra de los deseos de su madre, dejando atrás a sus hermanos, a Elizabeth y a su tío Lipót, quien murió poco después.[3] Su hermano Jenő también emigró a Argentina, pero Elizabeth permaneció en Hungría hasta que Kertész pudiera establecerse en París. Kertész fue uno de los muchos artistas que emigraron del Imperio Austrohúngaro, incluyendo a François Kollar, Robert Capa, Emeric Fehér y Brassaï. Tampoco fue el único artista que inmigró a París; Man Ray, Germaine Krull (quien participó en algunas exhibiciones con Kertész) y Lucien Aigner también inmigraron durante este periodo. En París, Kertész obtuvo éxito comercial y de crítica realizando publicaciones en revistas y posteriormente haciendo comisiones para varias revistas europeas. Fue el primer fotógrafo en realizar una exhibición individual. Esto ocurrió cuando Jan Slivinsky organizó exhibiciones individuales para treinta fotógrafos en la Gallerie Au Sacre du Printemps en 1927.[1] [2] [5]
Kertész cambió su primer nombre por André luego de su llegada a París y usaría éste nombre por el resto de su vida. En ese entonces, muchos fotógrafos estaban interesados en el dadaísmo, el cual se estaba convirtiendo en un movimiento artístico considerable, especialmente en Francia. Kertész pronto conoció a varios miembros del movimiento y se relacionó con ellos. Además, contactó y visitó a otros fotógrafos y artistas húngaros mientras estaba en París. Más adelante, realizaría exposiciones junto a algunos de estos artistas. Kertész disfrutaba particularmente visitando a sus amigos escultores y también le impresionaba el cubismo. Durante su tiempo libre retrató a varios artistas, incluyendo a los pintores Piet Mondrian[7] y Marc Chagall, la escritora Colette[2] y el cineasta Sergéi Eisenstein.[2] En 1928, Kertész dejó de usar cámaras con platos y adquirió una Leica; rápidamente, se acostumbró a su nueva cámara.[6] [7] Éste periodo, especialmente a finales de los años 1920, fue uno de los más productivos de su carrera, ya que tomaba fotografías diariamente y publicaba varias de estas en revistas. También dividía su tiempo cuidadosamente entre encargos y su fotografía personal.[1] [2] [5] En 1930, Kertész ganó una medalla de plata por sus servicios a la fotografía en la Exposition Coloniale en París.[5]
Varias revistas francesas como VU y Art et Médecine publicaron fotos hechas por Kertész,[3] muchas de las cuales fueron usadas en portadas.[2] [5] Kertész trabajó frecuentemente junto al editor de la revista Vu, Lucien Vogel, quien publicaba sus fotografías sin ninguna prosa y lo dejaba realizar reportajes sobre temas diversos. Kertész disfrutaba viajar en Paris y sus alrededores tomando fotografías relacionadas con el tema que Volgel le asignara. En 1933, le encargaron realizar una de sus más famosas series fotográficas titulada "Distorsiones": una serie de 200 fotografías de dos modelos desnudos (un hombre y una mujer) en distintas poses frente a varios espejos cóncavos y convexos. En algunos casos la imagen de los modelos, Najinskaya Verackhatz y Nadia Kasine, aparecía tan distorsionada que sólo algunas extremidades o facciones eran visibles en la fotografía. Algunas de las fotos de esta serie aparecieron en el número del 2 de marzo de la revista Le Sourire y posteriormente en el número del 15 de septiembre de 1933 de Arts et métiers graphiques.[1] [2] [4] Kertész publicó el libro Distorsiones con todas las fotografías más tarde ese año.
Luego de la publicación de su primer libro de fotografías, Enfants (dedicado a Elizabeth y a su madre, quien había muerto poco antes), en 1933, Kertész publicó varios libros de fotografía.[2] [6] Su próximo libro, Paris, fue publicado en 1934 y fue dedicado a sus hermanos Imre y Jenő. Nos Amies les bêtes (Nuestros amigos los animales) fue lanzado en 1936 y Les Cathédrales du vin (Las catedrales de vino) en 1937.[1] [4] [5]
Aunque su familia no lo sabía, Kertész se había casado con una fotógrafa francesa llamada Rosza Klein (también conocida como Rogi André) a finales de los años 1920.[2] El matrimonio fue corto y Kertész nunca habló sobre el tema hasta su muerte para no desilusionar a Elizabeth. En 1930, viajó a Hungría para visitar a su familia, pero regresó a París poco después. Elizabeth se mudó con él en 1931, a pesar de la oposición de su familia, y la pareja no se separaría a partir de entonces. Contrajeron matrimonio el 17 de junio de 1933 y Kertész empezó pasar menos tiempo con sus amigos artistas y fotógrafos para estar con su esposa.[1] [4] [6]
Cuando Kertész se casó, el Partido Nazi estaba adquiriendo poder en Alemania. Esto provocó que las revistas empezaran a publicar reportajes sobre política. Muchas revistas dejaron de publicar fotografías de Kertész ya que no tenían relación alguna con temas políticos. A partir de entonces, Kertész empezó a recibir menos comisiones, por lo que, con el consentimiento de Elizabeth, planeó mudarse a Nueva York para trabajar con la agencia Keystone de Ernie Prince. En 1936, ante la amenaza de la Segunda Guerra Mundial y la falta de trabajo, Kertész y Elizabeth abordaron el SS Washington con rumbo a Manhattan.[1] [2] [4] [5] [6]
Periodo estadounidense
Kertész llegó a Nueva York el 15 de octubre de 1936 con la intención de reavivar su inspiración y volverse famoso como fotógrafo en los Estados Unidos.[2] [3] La pareja se estableció en el Beaux Arts Hotel en Greenwich Village.[5] Desde su llegada, Kertész descubrió que la vida en los Estados Unidos era más difícil de lo que había imaginado. Más tarde se referiría a éste periodo de su vida como una "absoluta tragedia."[4] Ahora no tenía a sus amigos artistas de Francia y las personas en Estados Unidos no eran tan amables cuando los fotografiaban como la gente en París. Poco después de su llegada, Kertész contactó a Beaumont Newhall, el director del departamento fotográfico del Museo de Arte Moderno de Nueva York, quien estaba preparando una exhibición titulada Photography 1839–1937.[5] Sin embargo, cuando Kertész le ofreció algunas de las fotografías de "Distorsiones", Newhall las criticó, lo que ofendió a Kertész. A pesar de esto, Newhall exhibió las fotografías.[6] En diciembre de 1997, Kertész tuvo una exhibición individual en la PM Gallery. Su situación empeoró cuando la agencia Keystone le hizo pasar la mayor parte del tiempo trabajando en el estudio de la compañía, a pesar de haberle ofrecido transporte a diferentes lugares para que realizara periodismo fotográfico.[2] Kertész trató de realizar una visita a Francia, pero no tenía dinero. Para cuando había ahorrado suficiente, la Segunda Guerra Mundial ya había empezado, lo que imposibilitó el viaje. Sus problemas con el inglés también lo afectaron. En Francia, había sobrellevado su incapacidad para hablar francés, pero en Nueva York, donde se sentía como un forastero, sus problemas con el lenguaje tuvieron un efecto mayor.[1] [4]
Sintiéndose cada vez más frustrado con la ciudad, Kertész dejó Keystone luego de que su jefe Ernie Prince abandonara la compañía en 1937. Posteriormente, la revista Harper's Bazaar le encargó fotografías para un artículo sobre la tienda de departamentos Saks Fifth Avenue para su número de abril de 1937.[3] Kertész continuó trabajando con la revista, además de aceptar comisiones de Town & Country para suplementar sus ingresos. La revista Vogue lo ofreció un trabajo,[3] pero él rechazó la oferta ya que temía que no pudiera fotografiar en un estudio como se acostumbraba en el mundo de la moda. En cambio, aceptó un trabajo en la revista Life. Su primera obra para ellos fue una pieza llamada The Tugboat (El Remolcador). A pesar de sus órdenes, Kertész no se limitó a fotografiar remolcadores, sino todo el muelle y sus actividades. Debido a esto, Life se rehusó a publicar sus fotos. Nuevamente, Kertész se sintió frustrado con la ciudad y su industria fotográfica.[1] [2] [4] [6]
En el número del 25 de octubre de 1938 de Look, la revista publicó una serie de fotografías de Kertész llamada A Fireman Goes to School, pero los créditos le fueron dados a Ernie Prince, su antiguo jefe.[5] Kertész, enfurecido, contempló la posibilidad de no volver a trabajar para ninguna revista. Sin embargo, sus fotografías aparecieron en la revista Coronet en 1937, pero en 1939 se desilusionó cuando la revista no incluyó ninguna de sus fotos en un número con la selección de la "Fotografías más memorables" de Coronet. Posteriormente, Kertész terminaría su relación con la revista y su editor Arnold Gingrich. La situación se repitió en el número de junio de 1941 de Vogue, el cual estaba dedicado a las fotografías en honor de Condé Montrose Nast, fundador de Condé Nast Publications. A pesar de haber realizado más de treinta ensayos fotográficos para Vogue y House & Garden, Kertész no apareció en la lista de fotógrafos. Ese mismo año Kertész y Elizabeth fueron declarados enemigos extranjeros, ya que ambos portaban pasaportes húngaros, por lo que no se le permitió fotografiar exteriores ni nada relacionado con seguridad nacional.[5] Más tarde, se lo tomarían las huellas digitales. Kertész dejó de realizar comisiones y abandonó la fotografía durante tres años, ya que no quería ser arrestado ni tener problemas políticos para no perjudicar a Elizabeth, quien había iniciado un negocio de cosméticos (Cosmia Laboratories) con un amigo húngaro.[1] [2] [4] [6]
Elizabeth obtuvo la ciudadanía estadounidense el 20 de enero de 1944 y su esposo el 3 de febrero.[2] [5] A pesar de la fuerte competencia con otros fotógrafos como Irving Penn, Kertész continuó realizando comisiones. Aunque no fue incluido entre los sesenta y tres fotógrafos del "árbol genealógico fotográfico" de Vogue (el cual incluía los fotógrafos más importantes de la era), fue contratado por House & Garden para realizar una comisión de Navidad. En junio de 1944, László Moholy-Nagy le ofreció un puesto como profesor en la New Bauhaus - American School of Design, pero Kertész rechazó la oferta. En 1945, lanzó un nuevo libro de fotografías llamado Day of Paris, el cual incluía fotografías que había tomado justo antes de abandonar Europa. El libro fue un éxito de crítica. Kertész aceptó un contrato de larga duración con House & Garden en 1946. Aunque el contrato restringía su trabajo editorial y lo obligaba a pasar la mayor parte del tiempo en el estudio, se le pagaba US$10.000 y le devolvían todos los negativos después de seis meses.[1] [4] [5] [6]
Aunque los temas que podía fotografiar eran limitados, Kertész fue enviado a varios lugares y casas famosos. Incluso viajó internacionalmente, visitando Inglaterra, París y Budapest. Entre 1945 y 1962, más de 3.000 de sus fotografías fueron publicadas en House & Garden y se volvió conocido en la industria fotográfica. Sin embargo, realizó pocos trabajos personales durante este periodo.[1] [2] [4]
Últimos años y muerte


Kertész (derecha) y Robert Doisneau en Arlés (Francia) en 1975.
En 1946, Kertész tuvo una exhibición individual en el Art Institute of Chicago, compuesta principalmente por fotos de la serie Day of Paris. Frecuentemente se refería a este como uno de sus mejores momentos en los Estados Unidos.[5] Esta fue su última exhibición hasta 1962, cuando algunas de sus fotografías fueron expuestas en la Long Island University. Durante el periodo que pasó trabajando para House & Garden, Kertész se sintió insultado nuevamente cuando su trabajo no apareció en la famosa exposición de Edward Steichen The Family of Man en el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1955. A finales de 1961, terminó su contrato con Condé Nast Publishing debido a un altercado menor. Kertész, sintiéndose libre de los confines de la revista, trató de volver a la escena fotográfica internacional. Esta parte de su vida es conocida como el periodo internacional,[4] ya que ganó fama internacional y tuvo exhibiciones en varios países. En 1963 participó en la IV Mostra Biennale Internazionale della Fotografia en Venecia y más tarde en ese año tuvo una exposición en la Biblioteca Nacional de Francia en París. En Venecia recibió una medalla de oro por su dedicación a la industria fotográfica. Posteriormente visitaría a su hermano Jenő en Argentina.[1] [2] [4] [5] [6]
Durante este periodo, Kertész experimentó con fotografías en color, pero sólo realizó unas cuantas de éstas. En 1964 Kertész tuvo una exposición individual en el Museo de Arte Moderno, poco después de que John Szarkowski se convirtiera en el director de fotografía del museo.[5] La exhibición fue aclamada críticamente y poco después Kertész se volvió conocido en los círculos fotográficos como una figura importante. En 1952, se mudó con su esposa a un apartamento cerca del Washington Square Park. Allí Kertész tomó algunas de sus mejores fotografías desde que había llegado a los Estados Unidos. Las fotos, tomadas usando un teleobjetivo, mostraban el parque cubierto de nieve con numerosas siluetas y huellas.
Durante los años venideros, además de participar en numerosas exhibiciones alrededor del mundo, Kertész también recibió varios premios: en 1965, fue nombrado miembro de la American Society of Media Photographers; en 1974 se le otorgó la Beca Guggenheim y fue nombrado Comandante de la Orden de las Artes y las Letras; en 1977, recibió el Mayor's Award of Honor for Arts and Culture en Nueva York; en 1980, se le otorgó la Médaille de la Ville de Paris (Medalla de la Ciudad de París); y en ese mismo año ganó el primer Premio Anual de la Association of International Photography Art Dealers. En 1981, recibió un doctorado honorario del Bard College y recibió por segunda ocasión el Mayor's Award of Honor for Arts and Culture. Kertész produjo varios libros durante este periodo y recuperó varios de los negativos que había dejado en Francia años atrás.[2] [4] [5] [6]
Durante sus últimos años, Kertész viajó a varios países para sus exhibiciones, especialmente a Japón, y logró restablecer sus relaciones con otros artistas. Elizabeth murió de cáncer en 1977. Para sobrellevar la pérdida, Kertész empezó a pasar más tiempo con sus amigos, visitándolos algunas noches para conversar. Para entonces, ya había aprendido inglés básico y hablaba con sus amigos una extraña mezcla de inglés, húngaro y francés.[2] [4] En 1979, Polaroid le regaló una de sus nuevas SX-70, con la cual experimentó durante los años 1980. En 1982, se lo otorgó el Gran Premio Nacional de Fotografía en París y ganó el 21° Premio Anual George Washington de la American Hungarian Foundation. Su agente, Susan Harder, trató activamente de que otros reconocieran las contribuciones de Kertész a la historia de la fotografía. En 1983, Kertész recibió un doctorado honorario del Royal College of Art. En ese mismo año, fue nombrado Caballero de la Legión de Honor y se lo otorgó un apartamento para sus futuras visitas a París. Otros de los reconocimientos que recibió son: el Annual Lifetime Achievement Award del Maine Photographic Workshop (1984), el Californian Distinguished Career in Photography Award (1985), el primer Annual Master of Photography Award del International Center of Photography (1985) y un doctorado honorario de la Parsons The New School for Design. Además de estos reconocimientos, el Museo Metropolitano de Arte compró 100 de sus fotografías en 1984, la mayor adquisición de fotografías de un artista vivo por un museo.[2] [6]
Kertész murió cuando dormía en su hogar el 28 de septiembre de 1985. Sus restos fueron cremados y enterrados junto a los de sus esposa.[2] [4] [6]
Legado
Kertész consideraba que su trabajo no había sido reconocido debidamente, a pesar de haber pasado la mayor parte de su vida buscando aceptación y fama. Aunque recibió numerosos premios por sus fotografías, nunca sintió que su estilo fuera aceptado de la misma manera por los críticos y la audiencia. En 1927, fue el primer fotógrafo en tener una exposición individual. Durante el periodo estadounidense, fue considerado un artista íntimo, llevando al espectador dentro de su obra, incluso si la foto era sobre la ciudad de Nueva York.[8] Después de su muerte, su trabajo siguió recibiendo críticas positivas, siendo considerado un fotógrafo consistentemente fino.[9] Su obra es conocida por el uso predominante de la luz; el mismo Kertész dijo "Yo escribo con luz."[2] Kertész no era seguidor de ningún movimiento político y sus fotografías se limitaban a representar la simplicidad de la vida. Con su estilo íntimo y su tono nostálgico,[8] sus fotografías tienen una sensación de eternidad que no fue reconocida hasta después de su muerte.[4] A diferencia de otros fotógrafos, sus obras daban una idea de su estilo vida, mostrando en orden cronológico donde había estado;[2] por ejemplo, muchas de las fotografías del periodo francés fueron tomadas en cafés donde pasa la mayor parte del tiempo buscando inspiración.[4] Aunque casi nunca recibía críticas negativas, fue la falta de críticas lo que lo llevó a sentir que no era reconocido. Actualmente, Kertész es considerado el padre del periodismo fotográfico.[10] Varios fotógrafos han sido influenciados por los trabajos de Kertész, incluyendo a Henri Cartier-Bresson.[4]
Trabajos selectos
Bibliografía
Esta lista fue compilada de Capa et al.,[2] Corkin y Lifson[5] y Könemann et al.[6]
• 1933 – Enfants, publicado en París por Éditions d'Histoire et d'Art (54 fotografías)
• 1934 – Paris Vu Par André Kertész, publicado en París por Éditions d'Histoire et d'Art (48 fotografías del tiempo que pasó en París).
• 1936 – Nos Amies les Bêtes, publicado en París por Éditions d'Histoire et d'Art (60 fotografías de varios animales).
• 1937 – Les Cathédrales du Vin, publicado en París por Etablissements et Brice (28 fotografías).
• 1945 – Day of Paris, publicado en Nueva York por J.J. Augustin (126 fotografías del periodo francés).
• 1964 – André Kertész, Photographer, publicado en Nueva York por el Museo de Arte Moderno (64 fotografías de su exhibición en el MOMA).
• 1966 – André Kertész, publicado en Nueva York por Paragraphic Books (76 fotografías).
• 1968 – The Concerned Photographer, publicado en Nueva York por Grossman Publishers luego de la exhibición "The Concerned Photographer".
• 1971 – On Reading, publicado en Nueva York por Grossman Publishers (varias fotografías de gente leyendo).
• 1972 – André Kertész: Sixty Years of Photography, 1912–1972, publicado en Nueva York por Grossman Publishers (250 fotografías).
• 1974 – J'aime Paris: Photographs Since the Twenties, publicado en Nueva York por Grossman Publishers (219 fotografías de sus años en París y de sus viajes posteriores a la ciudad).
• 1975 – Washington Square, publicado en Nueva York por Grossman Publishers (104 fotografías del Washington Square Park tomadas usando un teleobjetivo).
• 1976 – Distortions, publicado en Nueva York por Alfred A. Knopf (200 fotografías de dos modelos desnudos frente a espejos cóncavos y convexos).
• 1976 – Of New York, publicado en Nueva York por Alfred A. Knopf (184 fotografías tomadas en Nueva York).
• 1977 – André Kertész, publicado en Nueva York Aperture Inc (44 fotografías, parte de la serie History of Photography de Aperture Inc).
• 1979 – Americana, publicado en Nueva York por Mayflower Books Inc (64 fotografías mostrando el estilo de vida estadounidense).
• 1979 – Birds, publicado en Nueva York por Mayflower Books Inc (64 fotografías de aves).
• 1979 – Landscapes, publicado en Nueva York por Mayflower Books Inc (64 fotografías de paisajes).
• 1979 – Portraitspublicado en Nueva York por Mayflower Books Inc (64 retratos).
• 1981 – From My Window, publicado en Boston por New York Graphic Society/Little Brown (53 fotografías en color).
Exhibiciones
Esta lista fue compilada de Capa et al.,[2] Corkin y Lifson,[5] Könemann et al.[6] y Naef et al.[1]
• 1927 – Exhibición individual en la Gallerie Au Sacre du Printemps (París).
• 1927 – "III Salon International de Fotografie" en Zaragoza.
• 1927 – "XXIIIe Salon International de Fotografie" en Paris.
• 1928 – "1er Salon Indépendant de la Photographie" en el Teatro de los Champs-Élysées (París).
• 1928 – "Exposition de Photographie" en la Galeriee L'Epoque (Bruselas.
• 1928 – "Internationale Foto-Salon" en Róterdam.
• 1929 – "Svaz cs. Klubu Fotografu Amateru" en Praga.
• 1929 – "Fotografie der Gegenwart" en Essen.
• 1929 – "Der Internationl Ausstellung von Film and Foto" en Stuttgart.
• 1930 – "Das Lichtbild", en Essen y Múnich.
• 1930 – "Primer Salón Anual de Fotografía" en Buenos Aires.
• 1930 – "11e Salon de l'Araignée" en la Galería G.L. Manuel Freres (París).
• 1930 – "Photographies d'aujourd'hui" en la Gallerie d'Art Contemporain (París).
• 1931 – "Deuxieme Groupe de Photographes" en la Gallerie d'Art Contemporain (París).
• 1931 – "Association Belge de Photographie" en Bruselas.
• 1931 – "Photographies d'aujourd'hui" en la Gallerie d'Art Contemporain (París).
• 1931 – "Neue Sportbauten" en la Graphische Lehr-und Versuchsanstalt (Viena).
• 1931 – "An Exhibition of Foreign Photography" en Nueva York.
• 1932 – "Palais des Beaux-Arts" en Internationale de la Photographie (Bruselas).
• 1932 – "Modern European Photography" en la Julien Levy Gallery (Nueva York).
• 1932 – "International Photographers" en el Brooklyn Museum (Nueva York).
• 1932 – "Modern Photography" en la Albright-Knox Art Gallery (Buffalo).
• 1932 – Exhibición sin título en el Museo Fokwang (Essen).
• 1933 – "Deuxieme Exposition Internationale de la Photographie et Cinema" en Bruselas.
• 1933 – "Groupe Annuel des Photographes" en la Galerie de la Pléiade (París).
• 1933 – "The Modern Spirit in Photography" en la Royal Photographic Society (Londres).
• 1934 – Exhibición sin título en el Leleu's Studio (París).
• 1934 – "Groupe Annuel des Photographes" en la Galerie de la Pléiade (París).
• 1934 – "Exposition de la société des artistes photographes" en el Studio Saint-Jacques (París)
• 1934 – "The Modern Spirit in Photography and Advertising" en la Royal Photographic Society (Londres).
• 1935 – Exhibición sin título en la Galerie de la Pléiade (París).
• 1936 – "Exposition Internationale de la Photographie Contemporaine" en el Musée des Arts Décoratifs (Paris).
• 1937 – "Photography 1839–1937" en el Museo de Arte Moderno (Nueva York).
• 1937 – Exhibición sin título en la PM Gallery (Nueva York).
• 1937 – "Pioneers of Modern French Photography" en la Julien Levy Gallery (Nueva York).
• 1942 – "Image of Freedom" en el Museo de Arte Moderno (Nueva York).
• 1946 – Exhibición sin título en Art Institute of Chicago.
• 1963 – Exhibición sin título en el Modernage Photo Lab (Nueva York).
• 1963 – "André Kertész" en la Biblioteca Nacional de Francia (París).
• 1964 – "André Kertész, Photographer" en el Museo de Arte Moderno (Nueva York).
• 1967 – "The Concerned Photographer" en el Riverside Museum (Nueva York). Esta exposición realizó una gira internacional.
• 1970 – "Expo '70" en el pabellón de los Estados Unidos (Osaka).
• 1971 – Exhibición sin título en la Galería Nacional de Hungría (Budapest).
• 1971 – Exhibición sin título en el Moderna Museet (Estocolmo).
• 1972 – Exhibición sin título en el Valokuvamuseon (Helsinki).
• 1977 – "André Kertész" en el Centro Pompidou (París).
• 1978 – "André Kertész" en la Silver Image Gallery (Seattle).
• 1979 – "André Kertész" en la Serpentine Gallery (Londres).
• 1982 – "André Kertész, Master of Photography" en el Chrysler Museum of Art (Norfolk).
• 1985 – "André Kertész: Of Paris and New York" en el Art Institute of Chicago.
• 1985 – Exhibición sin título en Tokio.
• 2003 – "André Kertész: The New York Period 1936 - 1985" en la Bruce Silverstein Gallery (Nueva York).
• 2005 – "The Early Years" en la Bruce Silverstein Gallery (Nueva York).
• 2005 - "André Kertész" en la Galería Nacional de Arte (Washington D. C.).
• 2007 – "The Polaroids" en la Bruce Silverstein Gallery (Nueva York).
Referencias
1. ↑ a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q Naef, Weston; Sandra Phillips y David Travis (1985) (en inglés). André Kertész: Of Paris and New York. Chicago: Art Institute of Chicago. pp. 7–124. ISBN 0-500-54106-X.
2. ↑ a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa ab Kertész, André; Hal Hinson, Susan Harder y Hiroji Kubota (1987) (en inglés). Andre Kertesz: Diary of Light 1912-1985. Nueva York: Aperture Foundation. pp. 198–206. ISBN 0-893-81256-0.
3. ↑ a b c d e f g Jeffrey, I (1997) (en inglés). The Photography Book. Londres: Phaidon Press. pp. 240. ISBN 0-714-83634-6.
4. ↑ a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v Borhan, Pierre (2000) (en inglés). André Kertész: His Life and Work. Boston: Bulfinch Press Book. pp. 8–32. ISBN 0-821-22648-7.
5. ↑ a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z Corkin, Jane; B. Lifson (1982) (en inglés). André Kertész: A Lifetime of Photography. Londres: Thames and Hudson. pp. 9–11. ISBN 0-500-54085-3.
6. ↑ a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r (en inglés) Aperture Masters of Photography: André Kertész. Nueva York: Aperture Foundation. 1997. pp. 5–22, 86–94. ISBN 3-895-08611-8.
7. ↑ a b Pasi, Alessandro (2004) (en inglés). Leica: Witness To A Century. Nueva York: W.W. Norton. pp. 54–55. ISBN 0-393-05921-9.
8. ↑ a b Thornton, Gene (04-04-1976). «Andre Kertesz's Romance With Paris» (en inglés). The New York Times. Consultado el 06-01-2009.
9. ↑ Andy (04-12-1994). «Christmas Books '94; Photography» (en inglés). The New York Times. Consultado el 06-01-2009.
10. ↑ Smith, Craig (07-10-2006). «Her Budapest, From Synagogue to Cafe» (en inglés). The New York Times. Consultado el 06-01-2009.
Enlaces externos
• Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre André Kertész. Commons
• Biografía de Kertész y algunos ejemplos de su trabajo en I Photo Central (en inglés)
• Biografía de Kertész en el sitio web de The Getty Center (en inglés)
• Algunas fotografías tomadas por Kertész (en inglés)
• Masters of Photography: André Kertész (en inglés)

sábado, 15 de enero de 2011

Hacia la sensata maduración de los sentimientos ( en Sensatez y Sentimientos)

Sense and Sensibility
Para película de 1995, véase Sense and Sensibility (película).
Sentido y Sensibilidad

Página de título de la primera edición de la novela.
Autor
Jane Austen
Género
Novela
Subgénero
Costumbres, Romántica
Idioma
Inglés
Título original
Sense and Sensibility
País
Reino Unido
Fecha de publicación
1811

Austen escribió el primer borrador de Elinor and Marianne (Elinor y Marianne) (más tarde retitulado Sentido y sensibilidad) hacia 1795, cuando tenía unos 19 años. En su adolescencia había escrito un buen número de relatos cortos; Elinor y Marianne fue su primera novela larga. Puede ser considerada una novela de costumbres, pudiendo describirse mejor como un ensayo sobre la psicología humana.

Formato
Papel, Rústico y Cartoné
ISBN
ISBN 956-13-1874-1 [a]
Serie

Sentido y Sensibilidad
Orgullo y prejuicio

Sense and Sensibility, título original en inglés, también conocida como Sentido y sensibilidad, Sensatez y sentimientos, Juicio y sentimiento o Juicio y sensibilidad, es una novela de la escritora británica Jane Austen publicada en 1811. Fue la primera de las novelas de Austen en ser publicadas, bajo el seudónimo de "A Lady" (una dama). Ha sido adaptada para el cine y la televisión numerosas veces, destacando la versión de Ang Lee en 1995.
Contenido

• 1 Sinopsis
o 1.1 Introducción
o 1.2 Resumen de la trama
• 2 Personajes en Sentido y sensibilidad
o 2.1 La familia Dashwood
o 2.2 Los Middleton
o 2.3 La familia Ferrars
o 2.4 Otros personajes
• 3 Valoración crítica
• 4 Adaptaciones al cine, la televisión y el teatro
• 5 Notas
• 6 Enlaces externos
Sinopsis
Introducción
Las protagonistas son las hermanas Elinor y Marianne Dashwood, que viven con su madre, la señora Dashwood, y su hermana menor, Margaret. Después de la muerte de su padre el patrimonio familiar pasa a su medio hermano, John Dashwood, único descendiente masculino e hijo de un primer matrimonio; la familia queda con casi nada y se muda a una casita en el campo que les ofrece un pariente. La novela sigue a las hermanas Dashwood a su nuevo hogar, donde experimentan tanto el romance como una desilusión amorosa. Allí conocen a tres hombres: Edward Ferrars, Willoughby y al Coronel Brandon.
Elinor y Marianne tienen temperamentos opuestos. Tradicionalmente, se ha considerado que Elinor, la mayor, con 19 años, representa el "sentido" (razón) del título y Marianne, que tiene 17, representa la "sensibilidad" (emoción). Sin embargo, este punto de vista es muy limitado. Un examen detallado de la novela permite ver en cada hermana diferentes aspectos de cada uno de estos rasgos.
El contraste entre los caracteres de las hermanas se resuelve finalmente cuando cada una de ellas encuentra el amor y una felicidad duradera.
Resumen de la trama
La señora Dashwood y sus hijas Elinor, Marianne, y Margaret, quedan empobrecidas después de la muerte de su marido. Su finca, Norland en Sussex, debe pasar a John Dashwood, hijo de su primer matrimonio. Aunque John prometió a su padre cuidar de su madrastra y hermanas, su egoísta esposa, Fanny, fácilmente le disuade de darles parte de su herencia. Las Dashwood son tratadas como huéspedes no deseados en su propio hogar, y pronto empiezan a buscar otro lugar en el que vivir.
Mientras tanto, Elinor se siente atraída por el hermano de Fanny, Edward Ferrars, que está de visita. Edward es un joven callado, sin pretensiones, con un agradable carácter. No tiene ningún deseo de cumplir los deseos de su madre y hermana que quieren verlo como un famoso político o una "figura elegante en el mundo". Aunque no es guapo ni encantador, Elinor pronto admira la inteligencia de Edward y su buen sentido. Sin embargo, la fortuna de Edward depende del deseo de su madre. Elinor sabe que la señora Ferrars quiere que su hijo se case con una dama de alto rango, y no se permite a si misma concebir esperanzas de matrimonio.
La señora Dashwood y sus hijas pronto marchan de Norland a Barton Cottage, en Devonshire. Su casero es Sir John Middleton, un primo lejano que generosamente les ofrece una renta baja. Vive en Barton Park con su mujer, fría y elegante, y sus hijos. También se quedan en Barton Park la madre de Lady Middleton, la señora Jennings, y el Coronel Brandon, un viejo amigo de Sir John. La señora Jennings, una jovial mujer mayor a la que le encanta bromear y chismorrear, decide pronto que el Coronel Brandon debe enamorarse de Marianne. Ella bromea con ambos sobre el tema, para confusión de Marianne, quien considera que el Coronel Brandon, de 35 años, es un viejo solterón enfermizo, incapaz de enamorarse o inspirar amor a nadie.


Una ilustración del s. XIX con Willoughby cortando un rizo de Marianne.
Un día, Marianne y Margaret pasean por la campiña cercana a Barton Cottage y se ven sorprendidas por la lluvia. En su desesperado intento por llegar a casa, Marianne se resbala en la hierba húmeda y se tuerce un tobillo. Margaret no puede detener su vertiginoso descenso y bajo la intensa lluvia, llega primera al hogar. El señor Willoughby, joven gallardo y guapo, pasa por allí. Rescata a Marianne, y se gana su admiración y la de la familia al llevarla de vuelta a casa. Después de este incidente, Willoughby comienza a visitar a Marianne cada día.
Los dos se hacen íntimos, y Elinor y la señora Dashwood comienzan a sospechar que la pareja se ha prometido en secreto. Sin embargo, la naturaleza sentimental de la señora Dashwood le impide seguir el consejo de Elinor y preguntarle simplemente a Marianne sobre su relación con Willoughby. Marianne queda desolada cuando Willoughby inesperadamente anuncia que debe marcharse a Londres por asuntos de negocios, para no regresar al menos por un año.
Edward Ferrars viene a visitar a las Dashwood a Barton Cottage, pero parece infeliz y se mantiene distante respecto a Elinor. Ésta teme que él ya no tenga sentimientos hacia ella. Sin embargo, a diferencia de Marianne, ella no se permite regodearse en su tristeza.
Poco después, Anne y Lucy Steele, primas de Sir John Middleton, vienen a quedarse en Barton Park. Sir John dice a Lucy que Elinor está unida a Edward, lo que impulsa a Lucy a informar a Elinor en una confidencia que ella (Lucy) está prometida a Edward en secreto desde hace cinco años. Aunque Elinor inicialmente culpa a Edward por comprometer sus afectos cuando él no era libre para hacerlo, pronto se da cuenta de que se prometió con Lucy cuando era joven e ingenuo. Elinor comprende que Edward no ama ni admira a Lucy, pero que no la herirá ni deshonrará rompiendo su compromiso. Elinor oculta su desilusión a su familia y amigos, y logra convencer a Lucy de que ella no siente nada por Edward.
Elinor y Marianne pasan el invierno en la casa de la señora Jennings en Londres. Marianne escribe a Willoughby, pero sus cartas quedan sin respuesta. Encuentran a Willoughby en una reunión, y él las trata fríamente de una manera formal. Más tarde envía a Marianne una carta informándola de que se ha comprometido con la señorita Grey, una mujer muy rica de clase inferior. Marianne reconoce ante Elinor que ella y Willoughby nunca se prometieron, pero que ella lo amaba y que él la hizo pensar que era verdaderamente correspondida.
El coronel Brandon revela a Elinor que Willoughby había seducido a la hija adoptiva del coronel, la señorita Eliza Williams, y la abandonó cuando quedó embarazada. El coronel estuvo en una ocasión enamorado de la madre de la señorita Williams, una mujer que se parecía a Marianne y cuya vida quedó destruida por un infeliz matrimonio arreglado con el hermano del coronel.
Más tarde, la señora Jennings cuenta a Elinor que la señora Ferrars había descubierto el compromiso entre Edward y Lucy. Edward se niega a acabar con el compromiso y su madre lo deshereda. Elinor y Marianne lo lamentan por Edward, y piensan que él es muy honrado al permanecer prometido a una mujer con la que probablemente no sea feliz. Anne Steele dice a Elinor que Lucy aún pretende casarse con Edward, quien pretende tomar las órdenes sagradas para poder mantenerse. El coronel Brandon, sabiendo que la vida puede quedar arruinada si se niega el verdadero amor, ofrece su parroquia de Delaford a Edward, aunque lo conoce muy poco. Elinor conoce al aburrido hermano de Edward, llamado Robert y queda sorprendida al descubrir que él no tiene reparos en obtener la herencia de su hermano.
Marianne enferma gravemente después de un paseo por la lluvia durante la cual ella se ve superada por el sufrimiento debido a Willoughby, y el coronel Brandon va a buscar a la señora Dashwood. Willoughby llega y dice a Elinor que él tenía enormes deudas cuando su benefactora descubrió sus acciones hacia la señorita Williams y lo desheredó. Entonces decidió casarse con una mujer rica. Dice que aún ama a Marianne. Busca su perdón, pero sus egoístas acciones carecen de justificación. Mientras tanto, el coronel Brandon descubre a la señora Dashwood su amor por Marianne.
Marianne se recupera y las Dashwood regresan a Barton Cottage. Elinor le cuenta a Marianne la visita de Willoughby. Sin embargo, Marianne afirma que aunque ella lo amó, no podía haber sido feliz con el padre libertino de un niño ilegítimo, incluso si él hubiera permanecido a su lado. Marianne afirma también que se da cuenta de que su enfermedad sólo se debía a que se regodeaba en su dolor, por su excesiva sensibilidad, y que, de haber muerto, habría sido el equivalente moral de un suicidio. Refiriéndose en particular a la bravura y buen sentido de Elinor, decide reformarse.
La familia descubre que Lucy se ha casado con el señor Ferrars. Cuando la señora Dashwood se da cuenta de lo disgustada que está Elinor, finalmente comprende que los sentimientos de Elinor hacia Edward son fuertes, y lamenta no haber prestado más atención a su infelicidad. Sin embargo, al día siguiente llega Edward y revela que Lucy no se ha casado con él sino con su hermano. Dice que quedó atrapado en este compromiso con Lucy "una mujer a la que había dejado de amar hacía tiempo", pero que ella rompió el compromiso para casarse con el ahora rico Robert. Le pide a Elinor que se case con él, y ella accede. Edward se reconcilia con su madre, que le da 10.000 libras, suficiente para que ellos vivan confortablemente. Se casan y se mudan a la parroquia de Delaford. Sin embargo, la reconciliación de Edward con su madre es parcial e insuficiente. Su madre le repudió por querer casarse con Lucy, pero cuando ésta se casó con su segundo hijo, la señora Ferrars se hizo amiga suya, y continúa favoreciéndolo, sin que Edward recupere plenamente su posición anterior.
La patrona del señor Willoughby al final le deja su dinero, afirmando que su matrimonio con una mujer de buen carácter lo redime. Willoughby se da cuenta entonces de que casarse con Marianne hubiera producido el mismo resultado. Debe vivir sabiendo que en caso de haberse comportado honorablemente, podría haber tenido tanto el amor como el dinero.
En los dos años siguientes, la señora Dashwood, Marianne y Margaret pasan la mayor parte de su tiempo en Delaford. Marianne madura y decide casarse con el coronel, aunque hacia él siente más respeto que pasión. No obstante, después del matrimonio se da cuenta de que lo ama de verdad. Ella y el coronel se establecen cerca de Elinor y Edward, de manera que las hermanas y sus maridos pueden visitarse a menudo.
Personajes en Sentido y sensibilidad
La familia Dashwood
• Henry Dashwood — un caballero rico que muere al principio de la historia. Los términos de su patrimonio le impiden dejar nada a su segunda esposa y las hijas que han tenido juntos. Le pide a John, su hijo mayor, nacido de un primer matrimonio, que cuide (en el sentido de darles seguridad financiera) a su segunda esposa y sus tres hijas.
• La señora Dashwood — la segunda esposa de Henry Dashwood, quien queda en difícil situación debido a la muerte de su esposo.
• Elinor Dashwood — la sensible y reservada hermana mayor de los Dashwood. Se siente atraída por Edward Ferrars, el cuñado de su medio-hermano mayor, John.
• Marianne Dashwood — la segunda hija, con inclinaciones románticas y muy expresiva. Es objeto de atenciones por parte del Coronel Brandon y el señor Willoughby.
• Margaret Dashwood — la hija menor de los señores Dashwood. Interesada en Geografía Mundial.
• John Dashwood — el hijo de Henry Dashwood, nacido del primer matrimonio de éste.
• Fanny Dashwood — la esposa de John Dashwood, y hermana de Edward y Robert Ferrars.
Los Middleton
• Sir John Middleton — un pariente lejano de la señora Dashwood quien, después de la muerte de Henry Dashwood, la invita a ella y sus tres hijas, a vivir en una casita de su propiedad. Middleton, su esposa y sus hijos reciben la visita de su suegra, la señora Jennings. Él y la señora Jennings son una pareja vital y chismosa, que se interesan por los asuntos románticos de los jóvenes que los rodean, y se esfuerzan por animar enlaces apropiados.
• Lady Middleton — La refinada y frívola esposa de Sir John Middleton, preocupada principalmente por mimar a sus cuatro hijos malcriados.
• Charlotte Palmer — la hija de la señora Jennings y hermana menor de Lady Middleton, la señora Palmer es una cabeza hueca que se ríe de cosas inapropiadas, como la continua grosería de su esposo, hacia ella y los demás.
• El señor Palmer — el marido de Charlotte Palmer quien se presenta como candidato para un asiento en el Parlamento a pesar de su holgazanería y grosería.
• Lucy Steele — un pariente joven y distante de la señora Jennings, quien ha estado prometida durante algún tiempo secretamente con Edward Ferrars. Asiduamente cultiva la amistad con Elinor Dashwood y con la señora de John Dashwood. Es manipuladora e intrigante.
• Anne/Nancy Steele — hermana mayor de Lucy Steele.
La familia Ferrars
• Edward Ferrars — El mayor de los dos hermanos de Fanny Dashwood. Se siente atraído por Elinor Dashwood. Años antes de conocerla, Ferrars le propuso matrimonio a Lucy Steele, la sobrina de su tutor. El compromiso ha sido mantenido en secreto debido a que esperan que la familia se oponga a este matrimonio.
• Robert Ferrars — el hermano menor de Edward Ferrars y Fanny Dashwood.
• Mrs. Ferrars — Madre de Fanny Dashwood, Edward y Robert Ferrars. Una mujer de mal carácter, vana, que personifica todos las debilidades que demuestran Fanny y Robert. Está decidida a que sus hijos se casen bien, por lo que acaba repudiando a Edward por su compromiso con la oportunista Lucy Steele, pero luego irónicamente acaba apoyando a Robert a pesar de que este se casa con Lucy.
Otros personajes
• Coronel Brandon — un amigo íntimo de Sir John Middleton. En su juventud, Brandon se enamoró de la pupila de su padre, pero su familia le impidió casarse con ella porque estaba destinada a su hermano mayor. Fue enviado al extranjero para alejarlo de ella, y mientras él estaba fuera, ella sufrió varias desgracias en parte como consecuencia de su matrimonio, y finalmente murió en la miseria, y con una hija natural, de quien se hace cargo el coronel Brandon.
• John Willoughby — un sobrino de una vecina de los Middleton ( Señora Smith ), una figura elegante que encanta a Marianne.
• La señorita Grey — una rica heredera con la que el señor Willoughby se casa después de ser desheredado para mantener su cómodo estilo de vida.
• Lord Morton — el padre de la señorita Morton
• La señorita Morton — una mujer rica con quien la señora Ferrars quiere casar a su hijo mayor, Edward.
• El señor Pratt — un tío de Lucy Steele.

Valoración crítica
Austen escribió el primer borrador de Elinor and Marianne (Elinor y Marianne) (más tarde retitulado Sentido y sensibilidad) hacia 1795, cuando tenía unos 19 años. En su adolescencia había escrito un buen número de relatos cortos; Elinor y Marianne fue su primera novela larga. Puede ser considerada una novela de costumbres, pudiendo describirse mejor como un ensayo sobre la psicología humana.
Aparecen en esta obra, de forma precisa, la vulgaridad y la ambición de la época napoleónica, en que la Ilustración destruye toda estructura de la ingenua fe medieval y la ciencia inspirara una nueva forma de filosofía que enfatizaba la búsqueda de los placeres terrenales; asimismo, refleja los momentos iniciales del Romanticismo del siglo XIX, movimiento que se propone revisar los progresos del siglo de las Luces, los efectos de la urbanización, mecanización y racionalismo.
No obstante, la principal característica de la novela es el análisis de las reacciones y reflexiones del alma humana. La trama gira en torno al contraste entre el buen sentido de Elinor y las emociones de Marianne. Las dos hermanas están muy unidas a pesar de su diferente temperamento: la primera es reflexiva y dispuesta a aplicar las normas de la civilización en toda ocasión, la segunda es impulsiva y emocional. Estos dos personajes pudieron basarse vagamente en Jane y Cassandra Austen, con Austen representando a Cassandra como la hermana reprimida y juiciosa y ella misma como la emocional. Austen claramente pretende reivindicar el buen sentido y contención de Elinor, y a un nivel simple, la novela puede leerse como una parodia del pleno romanticismo y sensibilidad que estaba de moda en los años 1790.
Aun así, el tratamiento que Austen hace de las dos hermanas es complejo y tiene muchas facetas. La biógrafa de Austen, Claire Tomalin, argumenta que Sentido y sensibilidad tiene una "debilidad en su tratamiento," que se desarrolla porque Austen, a lo largo de la escritura de la novela, gradualmente fue sintiéndose menos segura sobre si es el buen juicio o la sensibilidad lo que debían triunfar.[1] Proporciona a Marianne todas las cualidades atractivas: inteligencia, talento musical, franqueza, y la capacidad de amar profundamente. También le reconoce a Willoughby, a pesar de todos sus defectos, el mérito de continuar amando y, hasta cierto punto, apreciando a Marianne. Por estas razones, algunos lectores encuentran que el matrimonio de Marianne con el coronel acabe siendo un final poco satisfactorio.[2] El final, sin embargo, une hábilmente los temas del sentido y la sensibilidad aunque haga que la hermana juiciosa se case con el hombre que ama después de largos y románticos obstáculos que se interponen en su camino, y la hermana sensible encuentra la felicidad con un hombre al que inicialmente no ama, pero que era una muy juiciosa elección como marido.
Elionor es el verdadero hilo conductor de la novela. Las posibilidades que la época ofrece a las mujeres (en busca de un marido rico y una vida ociosa llena de fiestas y de visitas) chocan con la sinceridad y la fidelidad al corazón de las dos hermanas, que escogen "los peores partidos", movidas por el sentimiento. Jane Austen expone con maestría las sutilezas del juego que se establece entre nobles ambiciosos, insensibles a todos, la clase media ansiosa de ascender en la vida y el matrimonio como medio de ennoblecerse. Nada nos autoriza a sostener, como se ha visto, que es un romance "sobre intrigas domésticas" o sobre "una hermana racional y otra sentimental" (como se ha dicho usando como justificación el título). Por el contrario, es una pregunta siempre relevante: lo que parece útil a corto plazo, ¿a largo plazo valdrá la pena? La ambición, ¿puede garantizar verdaderamente una comodidad y una riqueza mayores? Los "bobos" que se dejan guiar por sus sentimientos, ¿tienen al final mejores resultados, como parece decir la autora? Es necesaria la virtud.
Por lo demás, la obra presenta la cuidada estructura clásica, en la que cada incidente tiene sentido en relación con el conjunto. Se usa la sutil ironía de Austen en su mejor momento, con muchos pasajes cómicos sobresalientes sobre los Middleton, los Palmer, la señora Jennings, y Lucy Steele.
Adaptaciones al cine, la televisión y el teatro
Sentido y sensibilidad ha tenido varias adaptaciones[1]:
• 1971: Sense and Sensibility, serie de la BBC con Joanna David como Elinor Dashwood y Ciaran Madden como Marianne Dashwood
• 1981: Sense and Sensibility, serie de la BBC con Irene Richard como Elinor Dashwood y Tracey Childs como Marianne Dashwood
• 1995: Sentido y sensibilidad, película protagonizada por Emma Thompson en el papel de Elinor Dashwood, Kate Winslet como Marianne Dashwood, con Hugh Grant en el papel de Edward Ferrars y Alan Rickman como coronel Brandon; junto a ellos, un plantel de destacados actores ingleses: James Fleet, Tom Wilkinson, Robert Hardy, Greg Wise, Imelda Staunton o Hugh Laurie. Dirigida por Ang Lee, fue una película de gran éxito. La actriz Emma Thompson logró un óscar por el guión, que se tomaba algunas libertades con la historia de Austen para adecuarse a los intereses de una audiencia moderna.
• 2000: Kandukondain Kandukondain, una película india contemporánea con ambientación en el presente, basada en la misma trama, con la actriz Tabu como Sowmya (Elinor Dashwood), Aishwarya Rai como Meenakshi (Marianne Dashwood), con Ajit como Manohar (Edward Ferrars), Abbas como Srikanth (Willoughby) y Mammootty como Captain Bala (Coronel Brandon).
• 2009: Sense and Sensibility, serie de la BBC con Hattie Morahan como Elinor Dashwood, Charity Wakefield como Marianne Dashwood, Dan Stevens como Edward Ferrars y David Morrissey como el Coronel Brandon.
Notas
a. ↑ Este es solo un ISBN de los muchos que hay de la obra (puesto como ejemplo), han sido publicadas muchísimas ediciones diferentes a lo largo de casi 200 años.
1. ↑ Claire Tomalin, Jane Austen: A Life (Nueva York: Vintage, 1997), p.155.
2. ↑ Tomalin, Jane Austen: A Life, pp. 156-157.
• Ediciones recientes en España, según el ISBN:
o Sentido y sensibilidad, Ediciones B, S.A., 1997
o Juicio y sentimiento, Ediciones B, S.A., 1997
o Juicio y sentimiento, Círculo de Lectores, S.A., 1997
o Sentido y sensibilidad, RBA Coleccionables, S.A., 1997 y 2004
o Sentido y sensibilidad, Plaza & Janés Editores, S.A., 2000
o Sentido y sensibilidad, Editorial Andrés Bello, 2000
o Sentido y sensibilidad, Nuevas Ediciones de Bolsillo, 2000 y 2003
o Sentido y sensibilidad, Punto de Lectura, S.L., 2001
o Sentido y sensibilidad, Edimat Libros, 2002 y 2005
o Juicio y sentimiento, Alba Editorial, S.L., 2006
Enlaces externos
• Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Sense and Sensibility. Wikiquote
• Wikisource contiene obras originales de o sobre Sense and Sensibility.Wikisource
• Sentido y sensibilidad en Proyecto Gutenberg (en inglés)
• Cronología de Sentido y sensibilidad (en inglés)
• Sense and Sensibility, online en Biblioteca Ye Olde (en inglés)
• Sense and Sensibility, texto completo online (en inglés)
• Sense and Sensibility Audiolibro gratuito en LibriVox (en inglés)
• Sense and Sensibility Análisis literario de la novela (en inglés)
• Grade Saver - Notas y análisis sobre Sentido y sensibilidad (en inglés)

Sense and Sensibility (película)

Sense and Sensibility
Título
Sentido y sensibilidad (España)
Sensatez y sentimientos (Hispanoamérica)
Ficha técnica
Dirección
Ang Lee
Producción
Lindsay Doran
Guión
Emma Thompson
Música
Patrick Doyle
Fotografía
Michael Coulter
Reparto
Emma Thompson
Kate Winslet
Gemma Jones
Hugh Grant
Emilie François
Alan Rickman
Greg Wise
James Fleet
Elizabeth Spriggs
Tom Wilkinson
Robert Hardy
Imelda Staunton
Harriet Walker
Hugh Laurie
Imogen Stubbs
Datos y cifras
País(es)
Reino Unido
Año
1995
Género
Drama
Duración
135 min
Compañías
Distribución
Warner Bros
Sense and Sensibility (conocida como Sentido y sensibilidad en España y Sensatez y sentimientos en Hispanoamérica) es una película de 1995 dirigida por Ang Lee, y basada en la novela del mismo título de Jane Austen.
Contenido

• 1 Sinopsis
• 2 Sobre el proyecto
• 3 Reparto
• 4 Comentario
• 5 Curiosidades
Sinopsis
Elinor, Marianne y Margaret Dashwood son tres huérfanas cuyo hermanastro, (John) debido a los convencionalismos de la época, es el único heredero de todo lo perteneciente a su padre. Teniendo que sobrevivir junto a su madre con una dote anual de 500 libras, se ven obligadas a llevar una vida austera en el campo. Antes de abandonar su antiguo hogar, Elinor conoce al cuñado de John, Edward, de quien se enamora. Una vez instalados en la campiña Marianne se fija en un joven apuesto, John Willoughby, un hombre cuyo comportamiento con Marianne provocará en ella un doloroso proceso de maduración.
Sobre el proyecto
Basada en la novela homónima de Jane Austen, Sense and Sensibility es el producto de dos determinaciones: la de la productora Lindsay Doran y Emma Thompson enamoradas del original literario. Ésta última se encargó de escribir el guión, llegando a redactar varios borradores, uno de ellos elaborado en la Toscana durante el rodaje de Mucho ruido y pocas nueces (1993). El proyecto salió adelante cuando Sydney Pollack decidió apoyarlo, planteando preguntas pertinentes a la guionista, entre ellas ¿Por qué estas mujeres no salen a buscar empleo?... Buscaron así mismo la complicidad de Ang Lee, sabiendo que la novela de Austen encajaba en la temática del realizador: relaciones familiares basadas en la hipocresía, la mediocridad de entornos sociales viciados...
Cuando se estrenó la película, los críticos le brindaron su apoyo. Al poco tiempo cosechaba el Globo de Oro a la mejor película dramática y al mejor guión así como el Oso de Oro en el Festival de Berlín (1996). Emma Thompson recibió su segundo Oscar -esta vez en calidad de guionista- de manos de Sir Anthony Hopkins.
Reparto
• Emma Thompson ..... Elinor Dashwood
• Alan Rickman ..... Col. Christopher Brandon
• Kate Winslet ..... Marianne Dashwood
• Hugh Grant ..... Edward Ferrars
• Greg Wise ..... John Willoughby
• Gemma Jones ..... Sra. Dashwood
• Robert Hardy ..... Sir John Middleton
• James Fleet ..... John Dashwood
• Harriet Walter ..... Fanny Ferrars Dashwood
• Imelda Staunton ..... Charlotte Jennings Palmer
• Imogen Stubbs ..... Lucy Steele
• Hugh Laurie ..... Sr. Palmer
• Emilie François ..... Margaret Dashwood
• Elizabeth Spriggs ..... Sra. Jennings
• Richard Lumsden ..... Robert Ferrars
• Lone Vidahl ..... Señorita Grey
• Tom Wilkinson ..... Sr. Dashwood
Comentario
Si bien Sense and Sensibility gozó de cierto prestigio, una parte de la crítica disintió, acusando al filme de recurrir a trucos bastantes enfatizantes (cf.planos de excrementos de caballo que ponen de relieve la mediocridad del ambiente, la caracterización de uno de los personajes más negativos de negro; un travelling que recoge la confesión que lleva a cabo una arribista precisamente a éste último), así como una querencia a un tipo de humor a veces no muy refinado.
Entre las virtudes que le reconocen incluso los detractores del filme se puede contar el empleo de una banda sonora sostenida en dos temas asociados a las personalidades de sus dos protagonistas (uno sereno acorde a la actitud de Eilinor y otro apasionado destinado a Mariane) así como el acierto de elegir el caballo como signo visual que marca la evolución de Mariane y por ende la del todo el relato, por no mencionar una panorámica que sintetiza el proceso de maduración de ésta última en la recta final del largometraje.
Los admiradores de Sense and Sensibility aducen en su defensa el retrato crítico de una sociedad cerrada sobre sí misma, clasista y llena de contradicciones internas donde abunda el cotilleo y el desprecio hacia el prójimo, así como un atmósfera distendida. Es una película que muestra como una ley, "sexista" e injusta, hace que los derechos del hombre predomine ante los derechos de la mujer. El guión de esta película, ganó un Oscar.
Curiosidades
• En la película, coincidieron seis actores que tuvieron papel en las películas de Harry Potter:
Emma Thompson como Elinor Dashwood; Sybil Trelawney
Alan Rickman, Coronel Brandon; Severus Snape
Gemma Jones, la señora Dashwood, Madam Pomfrey
Robert Hardy, Sir John Middleton, Cornelius Fudge
Elizabeth Spriggs, la señora Jennings, The Fat Lady
Imelda Staunton, Charlotte Palmer, Dolores Umbridge
• También han coincidido en la película Love Actually Alan Rickman, Emma Thompson y Hugh Grant.
• El papel del grosero e impertinente señor Palmer, siempre ofensivo con su mujer y con quien le dirige la palabra, fue interpretado por el actor que encarna al popular doctor House televisivo, Hugh Laurie.

viernes, 14 de enero de 2011

Viaje en el arte a traves del cuerpo, mente y espíritu by Alex Grey

Alex Grey, destacado artista psicodélico y visionario estadounidense. En sus obras podemos observar su fascinación en temas como la muerte, representada desde sus primeros dibujos, hasta sus esculturas, pinturas y performances más recientes.

Sus obras se han exhibido por todo el mundo en lugares como Feature Inc y Tibet House, Stux Galleri, P.S.1, The Outsider Art Fair, y el New Museum en Nueva York. Grand Palais en París, Bienal de São Paulo Brasil y Art Exhibition Space en Tokio, entre otros.

La comunidad psiquedélica internacional, ha tomado a Alex Grey como un importante portavoz del arte visionario. Su obra Sacred Mirrors se ha traducido a cinco idiomas y ha vendido 50,000 copias. Actualmente vive en Nueva York con su esposa, la artista Allyson Grey, y su hija, la actriz Zena Grey.
Contenido


* 1 Biografía
* 2 Sacred Mirrors
* 3 Transfigurations
* 4 Colaboraciones
* 5 Véase también
* 6 Enlaces externos
Biografía

Nació en Columbus, Ohio Estados Unidos el 29 de noviembre de 1953. Proveniente de familia de clase media. Su padre fue diseñador gráfico, favoreciendo esto en el desarrollo de sus capacidades de dibujo.

Asistió a el Colegio de arte y diseño de Columbus por dos años 1971 - 1973, posteriormente se dedicó a pintar murales durante un año 1973 - 1974. Asistiría a la Escuela Museo de Boston y estudiaría con el artista conceptual Jay Jaroslav. Es aquí donde conoce a su futura esposa la también artista Allyson Rymland Grey. Grey y Allyson probarían LSD, siendo este un punto de partida en sus vidas, ya que cambiaria radicalmente su forma de pensar. [1]

Grey pasaría cinco años en la escuela de Medicina de Harvard, trabajando en los departamentos de Anatomía y Medicina de la Mente, en el primero estudiaba el cuerpo humano y preparaba los cadáveres para practicarles la disección. En el segundo, al lado del Dr. Herberto Benson y el Dr.Joan Borysenko que dirigían experimentos científicos para investigar energías curativas. Lo aprendido por Grey en estos años, lo preparo para posteriormente poder pintar Sacred Mirrors. [2]
Sacred Mirrors

Es una serie de 21 pinturas, que llevan a los espectadores a un viaje hacia su naturaleza, examinando con lujo de detalle el cuerpo, mente y espíritu. Este trabajo, nos presenta la Sutil Anatomía de los hombres desde el contexto de una evolución cósmica. Dicha obra le tomo 10 años en completarla, comenzando en 1979. En este periodo desarrollaría su técnica de radiografiar las diferentes capas de la realidad, revelando una interacción entre las fuerzas anatómicas y espirituales. Después de pintar Sacred Mirrors, aplicó su perspectiva multidimensional a diferentes experiencias humanas, como rezar, meditar, besarse, copular, embarazo, nacimiento y muerte.

Las pinturas son de tamaño natural y se enfrentan directamente al espectador para conseguir, un efecto de espejo, logrando que se pueda ver dentro de sí mismo. Esta obra hace un cuestionamiento sobre el reflejo que damos ante los demás.
Transfigurations

Es la continuación de su trabajo anterior, Transfigurations incluye los trabajos más importantes realizados posteriores a Sacred Mirrors, presentadas en 202 reproducciones a color y 93 imágenes en blanco y negro. Estas imágenes se combinan con textos, para formar un todo.
Colaboraciones

Alex ha colaborado haciendo las portadas y el arte de los discos con diferentes artistas.

* Con Tool, hizo el arte para los discos Lateralus y 10,000 Days.
* Con esta banda tambien colaboro con el arte en los videos de Parabol/Parabola y Vicarious.
* Con David Byrne en el disco The Visible Man.
* Con Michael Hedges en el disco Torched.
* Con Nirvana en el disco In Utero.
* Con Beastie Boys en su disco Ill Communication.

En su trabajo más reciente Grey ha explorado perspectivas de los seres universales, cuerpos de fuego y remolinos galácticos infinitos. Tal como se puede apreciar en sus trabajos para Tool.
Véase también

* Tool
* Música psicodélica
* LSD
* Zena Grey
Enlaces externos

* Colabora en Commons. Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Alex Grey. Commons
* Página oficial de Alex Grey
* Entrevista para Feature Inc (En Inglés)
* Página oficial de P S 1
* Página ofical de Grand Palais
* Página oficial de Bienal Sao Paulo