domingo, 14 de noviembre de 2010

Corazón latiendo by Dalí





Estudio para la joya El corazón real
© Martí Gasull





El corazón real, 1953
Oro, rubíes, zafiros, esmeraldas, aguamarinas, peridotos, granates, amatistas, diamantes y perlas
24,5 x 12,8 x 9,5 cm


La persistencia de la memoria, 1949
Oro y diamantes
7,8 x 6,8 x 2,1 cm


El ojo del tiempo, 1949
Platino, rubí y diamantes
4 x 6 x 1,7 cm


El collar del Árbol de la Vida, 1949
Oro, diamantes y zafiros
8,6 x 39 cm

La Fundación Gala-Salvador Dalí presenta en el Teatro-Museo Dalí de Figueres la exposición permanente DALÍ•JOYAS, para la cual el arquitecto Óscar Tusquets ha remodelado completamente un edificio anexo al museo. Las dos plantas que albergan la colección de joyas tienen una entrada independiente del museo, de forma que su visita puede ser realizada de forma separada. La exposición incluye las treinta y siete joyas de oro y piedras preciosas de la colección Owen Cheatham, dos joyas realizadas posteriormente, y los veintisiete dibujos y pinturas sobre papel que Salvador Dalí realizó para diseñar las joyas. El conjunto, que presenta una extensa colección de obras realizadas por el artista entre los años 1941 y 1970, ilustra perfectamente las diferentes etapas de su evolución artística.

Con el asesoramiento y supervisión de la Asociación Española de Gemología, la Fundación Gala-Salvador Dalí compró la colección en 1999 a una entidad japonesa por 900 millones de pesetas (unos 5,5 millones de Euros). Desde entonces los expertos de esta Asociación han catalogado cada una de las piezas en colaboración con los técnicos del Departamento de Conservación y del Centro de Estudios Dalinianos de la Fundación, al mismo tiempo que se ha diseñado su exposición permamente.

Cronología

La historia de estas joyas empezó en 1941. Las primeras 22 fueron adquiridas por el millonario norteamericano Cummins Catherwood. Salvador Dalí realizaba los diseños de las piezas sobre papel, con todo tipo de detalles y gran precisión de formas, materiales y colores, y la confección en Nueva York iba a cargo del equipo del orfebre de origen argentino Carlos Alemany bajo la atenta supervisión del artista. En 1958 fueron adquiridas por The Owen Cheatham Foundation, una prestigiosa fundación norteamericana creada en 1934 que cedía la colección de joyas para que diferentes entidades benéficas, educativas y culturales recaptasen fondos con la exposición, y finalmente las depositó en el Virginia Museum of Fine Arts de Richmond. La colección de joyas fue expuesta temporalmente en el Teatro-Museo Dalí de Figueres durante los meses de agosto y septiembre de 1973, un año antes de la inauguración del museo y en vida del Maestro. En 1981 la colección fue adquirida por un multimillonario saudita y, posteriormente, por tres entidades japonesas, la última de las cuales es la que formalizó la venta a la Fundación Gala-Salvador Dalí.

Todas las piezas de la colección son ejemplares únicos, y la combinación de materiales, dimensiones, y formas concebida por Salvador Dalí la convierten en un conjunto irrepetible, en el que el artista supo plasmar de una forma única la riqueza de su singular iconografía. Oro, platino, piedras preciosas (diamantes, rubíes, esmeraldas, zafiros, aguamarinas, topacios, etc.), perlas, corales, y otros materiales nobles se combinan para dar forma a corazones, labios, ojos, formas vegetales y animales, símbolos religiosos, mitológicos, y formas antropomorfas.

La razón de ser

Siguiendo el modelo de sus admirados maestros del Renacimiento italiano (Leonardo, Miguel Ángel, Rafael, Cellini, etc.), Salvador Dalí utiliza todos los lenguajes de la cultura moderna para desarrollar su discurso artístico: pintura, dibujo, grabado, escultura, arquitectura, fotografía, teatro, cine, literatura y también la orfebrería. Con este trabajo, que desarrolló paralelamente a su más conocida faceta de pintor, Salvador Dalí profundizó una vez más en su concepción global del arte, entendiéndolo como un lenguaje para el que no existen límites y que debe expresarse bajo cualquier soporte y técnica de expresión.

Además de concebir las formas de las joyas, Salvador Dalí también seleccionó personalmente cada uno de los materiales utilizados, y no sólo en función de sus colores o de su valor, sino también por la significación y las connotaciones simbólicas que tienen todas y cada una de las piedras preciosas y los metales nobles. Algunas de las joyas que integran esta colección, como por ejemplo El ojo del tiempo (1949), El corazón real (1953), o El elefante del espacio (1961), se han convertido en obras emblemáticas y son consideradas tan excepcionales como algunas de sus pinturas.

Refiriéndose a estas joyas, Salvador Dalí expresó: “Sin una audiencia, sin la presencia de espectadores, estas joyas no alcanzarían la función para la cual fueron creadas. El espectador, por tanto, es el artista final. Su vista, corazón, mente—con una mayor o menor capacidad para entender la intención del creador—da vida a las joyas.”
http://www.salvador-dali.org/museus/joies/es_historia.html

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